Nuestra área surge el año 2018, encarnando el desafío de la Iglesia de acompañar los procesos de fe de todas las personas. Nos resuenan en este llamado, las palabras de nuestro Vicario que se dirige a los voluntarios de nuestra área:
“Quizás en este tiempo una de las situaciones que más nos desafía es saber estar. Al borde del camino para llamar al ciego, en los caminos de quienes salen de Jerusalén, al lado de los pozos a la hora de más calor, rumiando la soledad de la enfermedad o el prejuicio. Es un desafío hoy saber discernir y estar abierto a la improvisación o a los tiempos tan distintos de cada persona. Escuchar e una ciencia que hay que cultivar cada vez más. En tiempos de tecnología y de post modernidad hay que escuchar con los cinco sentidos, pero también afinar cada vez más el oído y la vista, porque “sólo se ve bien con el corazón”, Padre Andrés Moro.
Nuestro objetivo general es propiciar una cultura del acompañamiento y escucha en el ámbito educativo, favoreciendo la interioridad y el autocuidado.
Ofrecer instancias formativas, de reflexión y espiritualidad en distintos espacios del mundo educativo.
Coordinar una red de acompañantes formados, acreditados y supervisados.
Trabajar en forma colaborativa y en comunión con distintas instancias de la arquidiócesis, que abordan las temáticas de acompañamiento.
Seguir generando en instituciones educativas y eclesiales espacios de escucha y acogida.