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Educar en tiempos de crisis: Recomendaciones para el inicio del año escolar en marzo 2020

Jueves 20 de Febrero, 2020
Al iniciar el año escolar 2020 compartimos sugerencias y recomendaciones generales para apoyar a los centros educativos en este regreso a clases. Creemos que estas recomendaciones pueden servir de apoyo y adaptarse a la realidad de cada colegio

Acordarse de marzo por estos días puede resultar ingrato, pero no hacerlo sería ingenuo e irresponsable, pues no es difícil anticipar una nueva oleada de manifestaciones, pese al frugal adormecimiento del verano. En este contexto, los centros educativos se preocupan y ocupan diseñando estrategias para prever y anticiparse a posibles escenarios críticos.

Al término irregular y dispar del año escolar 2019, con mentes, cuerpos y ánimos agotados, se suma la necesidad de preparar con los docentes y asistentes de la educación acciones de prevención y contención para el retorno a clases, no sólo para sortear las posibles dificultades, sino que para vivirlas también como experiencias educativas.

Así entonces, la vuelta a clases en marzo implica poner mucha atención a situaciones complejas, de parte de la comunidad educativa. Por esta razón compartimos algunas sugerencias o consideraciones a tener presente y que has sido compartidas en diferentes instancias de reflexión con directivos y docentes. Se trata de recomendaciones generales que pueden servir o no dependiendo de la realidad de cada colegio. Por eso, es necesario hacer adaptaciones y especificaciones afines a los escenarios más previsibles para cada lugar. 

Tomar Consciencia: No se puede volver a clases como si nada hubiera pasado. Es preciso tomar conciencia, como cuerpo de educadores, que este año la situación es especial y la crisis que vive nuestro país se palpita también en la escuela. Por eso es clave considerar las acciones de los primeros 15 días del año escolar como determinantes de los meses sucesivos. 

Escucha: Es importante de acuerdo a la contingencia, realizar espacios  de, espiritualidad, escucha y autocuidado con el personal, que puedan aportar en la contención y fortalecimiento integral para enfrentar las dificultades que se vayan presentando. 

Diálogo: Es recomendable retomar o realizar por cursos conversaciones similares a las tenidas luego del llamado “estallido social”. Conversaciones más distendidas. No clases tan estructuradas, sino que espacios donde se puedan compartir pensamientos, emociones y sentimientos de los estudiantes, así como sus expectativas de lo que se viene en el país. Favorecer el diálogo con los distintos  estamentos para tomar las decisiones y ponerse en todos los escenarios . 

Acuerdos: Dentro de la primera semana de vuelta a clases es conveniente tener reuniones con el consejo escolar o, en su defecto, con los centros de apoderados y de alumnos para generar acuerdos sobre los procedimientos a implementar de posibles escenarios críticos. Así mismo, se puede realizar una encuesta para recoger opiniones sobre los énfasis que este año debiera tener la escuela en sus procesos formativos. 

Protocolos: Es necesario acordar, diseñar y compartir con todos los docentes y asistentes de la educación y familias,  protocolos de emergencia frente a cualquier eventualidad que pueda afectar el normal desarrollo de la vida escolar: paros, tomas, intromisión de grupos externos, violencia callejera cerca del establecimiento, etc. La semana previa a la vuelta de los estudiantes es un tiempo adecuado para definir estos protocolos, considerando las características particulares de cada ciclo escolar. 

Formación ciudadana: Promocionar desde el primer día la realización de talleres de formación cívica o respecto del proceso constituyente a modo de orientación sobre las implicancias que este proceso tendrá para los ciudadanos, los principios sobre los cuales se deberían retomar los destinos del país, los derechos y deberes, y el rol de las instituciones democráticas. 

Participación: Apoyar la participación de miembros del colegio en manifestaciones sociales, con sentido educativo y desde la no violencia. 

Guías de estudio: Se aconseja a los docentes tener prediseñadas guías de estudio y trabajo que puedan autoaplicarse en el caso de tener clases interrumpidas. Puede que se usen o no. Por eso frente a una eventualidad de este tipo, igual resulta conveniente acordar con los estudiantes este modo de operar para no afectar tanto el plan de estudios. 

Flexibilidad: Dependiendo del territorio y de las condiciones de desplazamiento por la ciudad, operar con criterio de flexibilidad respecto de la hora de entrada y salida del colegio, tanto para los estudiantes como para los trabajadores. 

Redes de apoyo: Visualizar oportunidades y soluciones a través de las redes que el colegio tiene o puede establecer con otras escuelas u organizaciones locales, ciudadanas, deportivas, eclesiales, vecinales, culturales, fundaciones, centros de estudio, universidades o de la esfera pública, etc., para recibir apoyo frente a desafíos o urgencias que se presenten.

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