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La Iglesia de Santiago celebró este domingo 23 de Junio, la Fiesta de Corpus Christi con una Eucaristía eon la Iglesia San Agustín, presidida por el Vicario General del Arzobispado de Santiago, don Cristián Roncagliolo. Al término, Jesús sacramentado fue acompañado por una procesión por la calle Estado culminando en la Catedral con la Adoración al Santísimo Sacramento.

La solemnidad de Corpus Christi, del Cuerpo y la Sangre de Cristo, tiene su significado en los mismos gestos fundamentales de la celebración, ante todo, reunirse alrededor del Señor para estar juntos en su presencia; en segundo lugar, la procesión, es decir, caminar con el Señor; por último, viene el arrodillarse ante el Señor, la adoración que comienza ya en la misa y acompaña toda la procesión, pero que culmina en el momento final de la bendición eucarística, cuando todos nos postramos ante Aquél que se ha abajado hasta nosotros y ha dado la vida por la humanidad.

“El Señor hace cosas grandes con nuestra pequeñez, como hizo con los cinco panes. No realiza milagros con acciones espectaculares, sino con gestos humildes, partiendo con sus manos, dando, repartiendo, compartiendo. La omnipotencia de Dios es humilde, hecha sólo de amor. Y el amor hace obras grandes con lo pequeño. La Eucaristía nos los enseña: allí está Dios encerrado en un pedacito de pan. Sencillo y esencial, Pan partido y compartido, la Eucaristía que recibimos nos transmite la mentalidad de Dios. Y nos lleva a entregarnos a los demás. Es antídoto contra el “lo siento, pero no me concierne”, contra el “no tengo tiempo, no puedo, no es asunto mío”.                   

Papa Francisco Corpus Christi 2019.