Durante el mes de marzo tuvimos la experiencia, en todas nuestras comunidades educativas, en que se nos invitó a reflexionar sobre el ciberacoso, todas las formas de abuso, tanto sexual, de poder, o de autoridad, también se ven reflejadas lamentablemente en el mal uso de las tecnologías y sobretodo en los medios de comunicación, tan atrayentes y tan cautivantes para los jóvenes, niños y adolescentes. Por eso es tan importante formar y educar, no basta con sancionar, limitar o repreimier, eso incluso puede dañar una educación en libertad que es la educación más profundamente cristiana y católica que nos invita Jesucristo a vivir. Jesucristo fue un hombre libre que invitó a vivir en libertad. Pero libertad con responsabilidad y también siempre poner en el centro en amor por los demás como la gran meta y el camino de vida. Por eso, toda forma de acoso, toda forma de maltrato, sea físcio, sea verbal o sea cibernético, no son el camino para que una escuela pueda ayudar a sus hombres y mujeres a crecer en identidad y servicio a los demás.
Por eso también invitamos a todos los miembros de una comunidad educativa, desde los padres y apoderados, pasando por los alumnos, los educadores, los asistentes de la educación, los administrativos, que seamos capaces de reconocer las falencias que tenemos para enfrentar estos temas y también la riqueza que pueden aportar las nuevas tecnologías si las usamos para el bien de todos.
Pbro. Andrés Moro Vargas
Vicario para la Educación
Arzobispado de Santiago