Muchas comunidades educativas, los primeros días de diciembre, se produce el cierre del año escolar, otras comunidades educativas lo cerrarán mucho más cerca de la Navidad, entre el 20 y 21 de diciembre, para unos y otros: ánimo, fuerza y gracias también!!, por el trabajo silencioso y fecundo que se hace en nuestras comunidades educativas, ¡cuánto hay que agradecer!: a los maestros y maestras, a los padres y apoderados, a todos los auxiliares de la educación, a todos los administrativos y funcionarios de tantas escuelas y colegios repartidos en todo Chile que construyen esa patria en el día a día, con cariño, poniendo en los niños esa joya, ese regalos que Dios nos ha dado en nuestras manos por un tiempo muy definido, para poder hacer de ellos hombres y mujeres de bien, buenos ciudadanos y ciudadanas y en muchos casos, buenos cristianos.
Por eso este cierre de año también es una oportunidad de agradecer a todos los que contribuímos a crear un modelo de educación católica que se abre para todos y quiere ser el aprendizaje de la Iglesia puesto al servicio de la educación, en un contexto de país que está siempre cambiando y en una Iglesia que ha pedido este año innumerables veces perdón por sus faltas, pero vuelve a confirmar que Cristo está en el medio para servir a través de la educación a todos los niños y niñas del país.
Pbro. Andrés Moro Vargas
Vicario para la Educación
Arquidiócesis de Santiago