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El día martes 31 de julio la Iglesia recordó a un hombres de su época, San Ignacio de Loyola, que vivió hace más de 500 años pero que sigue enseñándonos un método de discernimiento para poder entender y comprender la realidad a los ojos y a la voluntad de Dios. San Ignacio de Loyola le tocó vivir un tiempo de cambio muy profundo entre la época medieval y la época renacentista, una iglesia que tuvo que ver la pérdida de gran parte del continente europeo que optó por otro tipo de religión: la religión evangélica y también un mundo nuevo que se abría con el descubrimiento del llamado “nuevo mundo” en América y también en Asia y África. El discernimiento en el tiempo de San Ignacio era ¿donde está Dios y como poder mostrar y acompañar el camino de Dios para otros y otras?. San Ignacio nos muestra que todo camino de discernimiento tiene que estar marcado por el profundo deseo de amar y respetar a cada persona en su historia y en su contexto y también para poder mostrarle a través de distintos medios y formas que Dios el amor de Dios que le quiere a cada uno en forma particular y única pero también nos invita a descubrirlo en comunidad. Por eso el discernimiento cristiano en este tiempo que ha estado tan marcado por los abusos y escándalos de nuestra iglesia es para ayudar a hacer una mejor iglesia más al servicio de los más pobres y más plena tambien del amor a Dios y a los hermanos.

Pbro. Andrés Moro

Vicario Educación Arquidiócesis de Santiago