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El Santo Padre Francisco, en su Carta al pueblo de Dios que peregrina en Chile, nos invita a descubrir como la comunidad cristiana tiene que formarse con los carismas y talentos que cada uno y cada una, pero también pidiendo que los laicos asuman hoy un rol profético, es decir un rol no solamente de responsabilidades sino también de ser voz de Dios. Especialmente para los que no tienen voz, los más pequeños, los más afligidos, las víctimas de abusos, las personas que han sido sometidas y no se escucha su voz.

Es decir una oportunidad profética de construir una iglesia desde abajo y desde adentro, con todos. No unos contra otros ni unos fuera de otros, sino con todos, con la capacidad de descubrir que un laico, una laica es ante todo un cristiano, un bautizado que quiere vivir su vocación al servicio de la Iglesia y del mundo entero. Por eso nuestras comunidades educativas que son tan importantes para poder acompañar a otros, es necesario con fuerza preguntarnos ¿cómo estamos permitiendo que todas las voces se escuchen, especialmente las de los laicos y laicas y no solamente quizá un sí o un no sino qué puedo aportar, construir, mejorar?

Pbro. Andrés Moro

Al pueblo de Dios que peregrina en Chile

Vicario Educación