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Esta semana en muchas de nuestras comunidades, estamos cerrando el tiempo del primer semestre escolar, tendremos un tiempo tanto profesores como estudiantes, de descubrir la importancia del descanso, para algunos un descanso marcado por la formación y la capacitación, siempre es bueno seguir formándose como futuros educadores y actuales maestros de las generaciones que tenemos en Chile.

Y para los jóvenes y niños será también un tiempo de descanso, aunque centenares de ellos dedicarán tiempo de sus vacaciones a proyectos solidarios o de formación: trabajos, misiones, colonias urbanas… tantas experiencias distintas y que los jóvenes de nuestra patria entregan también parte de su tiempo y sobretodo su corazón a compartirlo con los más vulnerables de nuestra sociedad.

El tiempo del descanso es un tiempo no solamente para no hacer cosas, sino sobre todo para descubrir como profundizar en la identidad más personal de cada uno. Esa identidad que me permite amar y ser amado, que me permite escuchar y ser escuchado, acoger y ser acogido, por eso que el tiempo de vacaciones que se viene, sea mirado no solamente como la capacidad enorme de hacer muchas cosas que en lo cotidiano no puedo hacer, sino para descubrir dónde puedo ser mejor persona para entonces ser mejor creyente y mejor servidor de mis alumnos y alumnas y también ser mejor estudiante con coherencia y con valores.