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En las comunidades educativas recibimos a niños y jóvenes desde muy tierna infancia hasta ya terminada la primera etapa de la juventud cuando egresan de cuarto medio sea científico humanista o técnico profesional. Cada vez, nuestras comunidades reciben más anticipadamente a los niños, algunos colegios en el jardín infantil o nivel de sala cuna mayor y ya no solamente prekínder o kínder. Muy lejanos los tiempos en que los colegios recibían a los niños en primero básico o terminada la enseñanza básica en séptimo u octavo para terminar la enseñanza media posteriormente.

Hoy todo es un proceso, también en los centros educativos para trabajar los desafíos que el Papa Francisco nos plantea en la Carta del Pueblo de Dios que nos entregó el 31 de mayo de este año, donde nos invita a cambiar de una cultura del abuso y del encubrimiento, a una cultura del respeto, de la vida, de la inclusión y de la solidaridad. Por eso, todos los propósitos y buenos deseos tienen que concretarse en caminos, en preparación, evaluación y nuevos proyectos que permitan hacer de los niños y jóvenes y de nuestras comunidades educativas, lugares sanos, libres y solidarios.

“Renovando la pasión por educar” significa también renovar el compromiso de construir una iglesia y una sociedad donde niños y niñas, jóvenes y adolescentes puedan vivir su proceso de vida como un regalo y no se vean dolorosamente afectados y quizá truncados sus caminos.

Pbro. Andrés Moro Vargas

Vicario Educación