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El papa Francisco, con la carta que envió a todo el pueblo de Dios, nos invita a crear una cultura nueva de la vida, del respeto, que pueda poner a Cristo en el centro y se convierta en una iglesia más profética.  

¿Cómo eso se convierte en un desafío para nosotros en las comunidades educativas?

Nuestras comunidades educativas son dinámicas, reciben a niños y jóvenes desde las más tierna infancia y hasta el camino de juventud cada vez más autónoma, además, a familias que se permiten compartir lo más preciado que tienen, su vida familiar y a sus hijos e hijas con cada uno de nosotros que juntos construimos un camino en Cristo al servicio del mundo, especialmente de los más pobres, por lo tanto, el desafío que tenemos que preguntarnos en esta semana es, ¿estamos dispuestos a construir una cultura nueva de respeto, de cariño, de poner a Cristo en el medio y de ser profetas también en nuestras comunidades, en nuestros barrios, en nuestras regiones, en todo nuestro Chile, en nuestra Iglesia?

Comunidad educativa católica, llamada a ser un signo de levadura en esta masa que quiere fermentar para un tiempo nuevo, un espiritu nuevo, una Iglesia nueva.

Que este tiempo que nos regala el Señor acercándose ya a la finalización del primer semestre del año escolar nos permita también hacer sintesis para seguir construyendo con más esperanza, más honestidad y más valentía.