Noticias
Jóvenes de 18 colegios reciben su certificación en Escuela para Líderes Secundarios 2015-2016
En el Salón Don Bosco de la Universidad Católica Silva Henríquez, ubicada en la Av. Carmen 350, Santiago Centro, más de 70 personas terminaron su proceso de formación, liderada por la Vicaría para la Educación del Arzobispado de Santiago, en un camino de conocimiento profundo de sí mismo, de trabajo en equipo y de encuentro con Jesucristo por medio de la realidad que rodea a cada joven desde los distintos rincones de la ciudad.
Los participantes vivieron la experiencia de un campamento en diciembre de 2015 y 4 jornadas de seguimiento durante el primer semestre del presente año, para posteriormente desarrollar y ejecutar un proyecto social al interior de su establecimiento educacional, aplicando todos los elementos adquiridos a nivel personal, eclesial, social, espiritual y grupal.
Sin embargo, este año es especial porque además se certificaron sus profesores acompañantes, que paralelamente a la formación de sus estudiantes, recibieron capacitación durante el primer semestre, como “asesores de pastoral juvenil en el contexto escolar”.
Certificación que recibieron por parte del padre Tomás Scherz, Vicario para la Educación, quien señaló la importancia de generar estas instancias para los jóvenes: "Son chiquillos que están formando su fe, pero no en forma pasiva, la idea es que sean ellos los actores de la Buena Noticia, que significa tener la Fe. Lo que hacemos con esta escuela -donde son chiquillos de secundaria- donde con discernimiento y con proyectos, apropian una Buena Noticia y comienzan a ser protagonistas de ella, entonces tiene la humildad de acompañar, pero tiene la fantástica visión de poder involucrar a los chiquillos en este mensaje de una manera práctica y real en lo contingente, no descuidando lo que vive cada uno de ellos. Una fe viva".
Para Cristián Infante, Secretario Ejecutivo de la Vicaría para la Educación y parte del Equipo de Pastoral Escolar, significa habilitar instancias para la inquietud de los alumnos en generar cambios positivos para la sociedad: "Este espacio de líderes es un espacio formativo de lujo que los marca como personas. Llevamos cerca de 1000 jóvenes en esto y a varios les hemos seguido la pista y están siendo destacados como dirigentes universitarios o en actividades sociales, son los jóvenes que tienen más ganas de hacer cambios y esto les da la oportunidad potente de sacarlos de las murallas limitadas de sus colegios, de encontrarse con otros, de otros barrios, de otros niveles sociales, de otras culturas y hacer amistad y darse cuenta que tenemos algo como católicos que es súper central y es que somos transversales a todos los lugares, barrios, edades y que en la fe nos podemos encontrar todos".
Compromiso de fe
Vicente Campos, del colegio Santa Cruz, tras vivir y experimentar este proceso aseguró: "El campamento fue el inicio de un aventura que ya lleva casi un año, el cual nos propuso no sólo desafíos, descubrimientos y aprendizajes, sino que, por sobre todo, nos propuso responsabilidades. En el proceso aprendimos nuevas cosas, nuevos temas y a medida que pasaba el tiempo crecía en nosotros el sentimiento de líderes y nuestros potenciales y eso, al mismo tiempo, influía en nuestro desarrollo y en nuestro ambiente. Nosotros solos agentes de cambio en donde nos desarrollamos día a día".
Continuó: "En el proyecto fue cuando nuestras habilidades, responsabilidades y tolerancia entraron en juego. En el transcurso hubo problemas, pero gracias a nuestros asesores que siempre estuvieron presentes, seguimos adelante. Me gustaría agredecer a la Vicaría porque siempre estuvieron ahí cuando los necesitamos y nos apoyo y nos ofreció todo el aprendizaje que necesitábamos".
Por su parte, la profesora Natalia Venegas del Complejo Educacional Monseñor Luis Arturo Pérez - quien se formó junto a otros 7 docentes que se capacitaron como asesores para guiar a los estudiantes en el camino - también tuvo palabras de agradecimiento: "Para confiar en mis estudiantes, primero tenía que confiar en mí y en los dones que el padre Dios me había regalado para llevar a cabo esta tarea. No es una casualidad que fuera elegida para acompañar a los jóvenes.
Crecimos personal y profesionalmente, pudimos darnos cuenta de lo mucho que podemos lograr cuando trabajamos en equipo: cada uno aporta de sus competencias, elementos que nos permiten alcanzar una meta. Hoy me siento feliz."
Al finalizar la actividad el padre Tomás Scherz realizó una bendición.
