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El amor, el servicio, la entrega y el sacrificio por el otro fueron parte de la motivación con que el Obispo Auxiliar de Santiago, monseñor Pedro Ossandón, animó a los más de 150 jóvenes que llegaron a Punta de Tralca, a reflexionar en Semana Santa.

“En tu cruz me sostienes y me das la fuerza para servir a Chile”, les dijo el Obispo a los estudiantes de educación superior y los miembros de la comunidad. Y agregó que “muchas vidas no crecen porque se encierran en ellas y no se atreven a salir al encuentro del otro. La pasión de Cristo, es hacer mío el dolor y  sufrimiento del otro. Y la mayor pasión es hacer mía la cruz del otro, hay que pedir con fe para entender este misterio”.

Y haciendo alusión al lema del retiro ´Pasión por Cristo para servir a Chile´, los invitó a que se sientan servidores de del país y que salgan de su egoísmo, que puedan salir de sus propias cruces y le pidió a Dios la ayuda para entender esta gracia que hace nuestra vida nueva.

“El Señor no viene a castigarnos, viene a salvarnos, cuando uno se encuentra con Jesús nos cambia la vida” les dijo monseñor Ossandón en la segunda meditación. “Hay una mayor plenitud cuando descubrimos que Dios siempre ha estado presente, que vino a rescatarnos y además se quedo en medio de nosotros por amor”, les indicó.

Disfrutando de la naturaleza que invitaba a la reflexión, los jóvenes, vivieron momentos de oración personal y grupal, compartieron su vida,  realizaron una carta a Jesús- descubriendo como se encontraron con él-, construyeron una cruz y vivieron la fiesta de la resurrección.

Uno de los momentos más emotivos fue en Viernes Santo, con  la adoración de la cruz, en donde se ofreció la vida de cada uno de ellos  y se le pidió al Señor que los ayude a sobrellevar sus penas.  Por la noche y con la arena en los pies, recorrieron las estaciones del Via Crucis en un costado del mar, haciendo suyo el dolor que sufrió Cristo.

El sábado junto con seguir las meditaciones del predicador y asisitir a la Vigilia Pascual, disfrutaron de la fiesta de la resurrección en donde descubrieron como el Señor renueva su existencia y les regala su cariño. Y tal cómo les dijo monseñor Ossandón  en su primera meditación, los jóvenes aprendieron a amar, ya que Jesús se los enseñó.