Ella con su dulzura y protección acompaña y conduce nuestra Patria, nuestro pueblo, nuestras penas y alegrías y nos muestra el camino hacia su Hijo Jesucristo, nuestro Señor.
Buen Jesús, que al modo de María Santísima y de Santiago Apóstol, ejemplo de fe y seguimiento, podamos ser también los testigos fieles, alegres y misioneros que tú necesitas.