Noticias

Réplicas de un cataclismo

Miércoles 03 de Marzo, 2010
Réplicas de un cataclismo
Recién estamos tomando conciencia del cataclismo que ha afectado a gran parte de nuestro país. Todavía sentimos las réplicas que nos recuerdan esos momentos de angustia en que fallecieron numerosas personas y cuyo número todavía crece, pero también nos provocan una cierta inseguridad y sentido de desvalimiento.
Hemos sido testigos, gracias a la labor de los medios de comunicación, de situaciones de inmenso dolor, de duelo y de precariedad ante la vida.  Muchas personas lo han perdido todo, y junto a la pena surge también el enfado al ver casas nuevas derrumbarse o volverse inhabitables.
Como educadores, esto nos interpela acerca de la necesidad de fortalecer con urgencia una cultura del trabajo bien hecho, tanto por la responsabilidad de nuestro trabajo, que repercute siempre sobre la vida de los demás, como también como lugar de auténtica realización personal, donde nos damos a los demás. Esta es una dimensión profunda de la solidaridad, no de aquella que surge sólo en caso de las catástrofes que nos asolan una y otra vez, sino de la solidaridad de todos los días, una manera de vivir de manera corresponsable, en aquella tarea que a cada uno le toca realizar.
Por otra parte, presenciamos escenas de vandalismo que nos cuestionan muy profundamente y nos hablan de otro cataclismo que es el moral. Ante esta situación queremos aprender de esta realidad y responder de manera creativa.
El dolor puede sacar lo peor y lo mejor. También vemos que está sacando las fuerzas más auténticas del corazón. De hecho, la catástrofe nos ha obligado a romper el individualismo que nos agrieta los unos de los otros, ahora  espontáneamente todos nos saludamos, demostramos que los demás nos importan y podemos mirar más allá de nuestros mezquinos intereses particulares.
Puede este cataclismo darnos ocasión para reconstruir la patria con una manera de vivir distinta, más humana, más cordial, más responsable, más generosa.
La iglesia católica en su itinerario de Misión pondrá un énfasis especial este año en la renovación de la celebración de la eucaristía. Corresponde a los educadores católicos redescubrir el valor de la eucaristía, en todas sus dimensiones pedagógicas y comunitarias, para la fe y para la vida. Y esto implica no sólo el esmero de una prolija celebración, sino en educar hacia una vida eucarística, donde se despliegan de manera vital las ricas dimensiones del misterio eucarístico. La eucaristía, siendo fundamentalmente una acción de gracias, nos configura interiormente desde el criterio determinante de la gratuidad, del servicio y de la comunión con los demás, y esto es un aporte fundamental para nuestra convivencia como país de hermanos y no de individualidades.
Pbro. Juan Francisco Pinilla A.
Vicario episcopal para la educación
Arzobispado de Santiago
"Renovemos la pasión por educar"
Cienfuegos #51 Santiago de Chile
22 690 85 00