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Énfasis pastorales de la Iglesia de Santiago como claves para la misión evangelizadora en el mundo de la educación

Lunes 01 de Abril, 2024
El reciente sábado 16 de marzo se dio lugar al inicio de año pastoral 2024 de la Arquidiócesis de Santiago, en donde representantes de diversos ámbitos pastorales pudieron compartir y reflexionar bajo el lema “Llevemos la alegría del Evangelio a la gran ciudad”. Al encuentro asistieron más de 100 personas representantes del mundo educativo.

El encuentro estuvo marcado por las palabras iniciales del arzobispo de Santiago, mons. Fernando Chomalí quién realizó un llamado para generar una mayor apertura desde la iglesia hacia la sociedad, especialmente en la planificación de acciones “de salida”, al señalar que “tenemos que hacer un gran esfuerzo para volcarnos a la misión, [...] que es el anunció explícito de Jesucristo”.

Con posterioridad, y siguiendo la invitación de salir a evangelizar en la ciudad, mons. Álvaro Chordi, Vicario Pastoral, mencionó que se está realizando un trabajo de co-construcción, escucha y diálogo para las nuevas orientaciones pastorales de la Arquidiócesis, indicando que existen dos ejes centrales: “Cristo en la gran ciudad”, especialmente para salir al encuentro de las personas y los espacios en que se desenvuelven, y “habitar la vocación cristiana”, revisando particularmente la misión que laicos y laicas pueden desarrollar en la gran ciudad.

Ambos ejes implican reconocer los desafíos actuales, para lo cual se puede recurrir a la “creatividad evangélica y la imaginación pastoral”, especialmente cuando nos enfocamos en las relaciones auténticas, pues, según mons. Chordi, “lo que evangeliza es la calidad de tales relaciones”.


 

¿Cómo podemos experimentar estos criterios y desafíos en nuestras realidades y comunidades educativas?

El desarrollo de la pastoral en cada comunidad educativa ha tomado mayor fuerza en el último tiempo, incluso llegamos a hablar de “ser una institución educativa en pastoral” como un modo de graficar que todo lo que ocurre en el quehacer formativo es una oportunidad para poder evangelizar. Se trata de un desafío que estamos llamados a reflexionar y asumir todos quienes estamos involucrados con esta misión en distintos contextos educativos católicos, desde la primera infancia hasta la educación superior.

Siguiendo las palabras del inicio de año pastoral, cuando se nos indica que el mundo está muy herido y urge encontrar caminos de fraternidad, proponiéndonos vivir la amistad social, podemos identificar con claridad cómo las instituciones educativas, especialmente las católicas, son un espacio de encuentro desde la diversidad que las constituye.

En esta línea, la educación católica busca propiciar la inclusión, siendo para ello fundamental el desarrollo de una sana convivencia, en la cual todos los actores educativos se sientan protagonistas, especialmente los estudiantes. Fomentar la escucha atenta, la existencia de mediación entre pares o la participación activa de los diferentes estamentos en el buen desarrollo de la convivencia son formas en las cuales podemos hacer patente la dimensión comunitaria y fraterna de la evangelización.

De igual manera, y bajo el eje del anuncio de Cristo en la gran ciudad, la acogida puede ser vivenciada desde las instituciones educativas por medio de la relación con el entorno. Una comunidad que comparte la belleza de sus espacios, tales como capillas, áreas verdes, espacios artísticos y deportivos o que pone a disposición sus saberes, no solo se vincula con su entorno inmediato, también se constituye en espacio de encuentro para generar relaciones auténticas, junto con posibilitar el anuncio con Jesucristo y promover una cultura humanizadora.

Durante el inicio de año pastoral en diversas ocasiones se destacó la importancia de construir comunidad desde el espíritu sinodal, donde la corresponsabilidad y complementariedad posibilite la sana interacción y participación de todo el pueblo de Dios. En particular, la misión laical se aprecia en el ámbito educativo al promover la participación, la comunión con la iglesia y sobre todo la colaboración o trabajo en red que enriquece nuestras propuestas educativas.

Sin embargo, ninguna de estas acciones tendría sentido si es que olvidamos el aspecto fundamental de la evangelización, que las instituciones educativas católica de la Santiago sean verdaderos espacios para vivir el primer anuncio, favoreciendo, desde el propio testimonio de vida, el encuentro personal con Jesucristo. Por esto toda relación educativa es, al mismo tiempo, profundamente misionera, lo cual no exige la capacidad para contemplar la realidad y considerar la diversidad de situaciones vitales que existen en relación con la fe.

En esa línea, queremos recordar que la identidad de las instituciones católicas de educación pasa por comprender que su propuesta educativa se sostiene en la referencia explicita a Jesucristo. Se trata de una triple referencia, dado que es, al mismo tiempo, religiosa, antropológica y pedagógica. De este modo el desafío es que, a través de la animación pastoral, este anuncio conecte con toda la gestión educativa, brindando un horizonte de sentido a todos los miembros de la comunidad. 

Así como se motivó el pasado día sábado, cualesquiera sean las acciones que una comunidad educativa busque desarrollar, se debe procurar la “creatividad evangélica y la imaginación pastoral” para el abordaje de sus propios desafíos, jugando un rol fundamental aquellos testimonios coherentes con la vivencia del Evangelio.

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1 VED (2023). Hacia una escuela en pastoral. 38-39 pp.
https://delegacioneducacion.cl/images/img_noticias/19062023_438pm_6490bcb617fa5.pdf

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