Esta semana que comenzamos recibimos la invitación a vivir con alegría el comienzo de este nuevo año. Así también, como un tiempo de gracia para reconocer todo lo que nos separa y nos saca del camino que nos propone Jesús.
Encomendemos a Dios todo lo que este año académico nos traerá, que su presencia siempre nos anime y acompañe, que el año que iniciamos sea fructífero y pleno para estudiantes, profesores, asistentes de la
educación y cada una de las familias que forman parte de la comunidad educativa.