Este hito es parte de un proceso de discernimiento convocado por el Episcopado chileno como consecuencia de la crisis experimentada a partir del conocimiento público de casos de abuso sexual cometidos por miembros del clero.
Este encuentro reunió a delegados de las 27 diócesis del país, comisiones nacionales de la CECh, instituciones y movimientos eclesiales, los que se congregaron para discernir juntos los cambios y conversiones para cultivar relaciones más evangélicas, para responder al anhelo de ser una Iglesia más sinodal, profética y esperanzadora.
El mundo de la educación católica estuvo presente en esta instancia.
"Las instituciones educativas son parte de la iglesia, son iglesia y queremos construir con ellas los procesos de discernimiento, transformación, sanación y renovación de nuestras relaciones al interior de las comunidades y por qué no, de las espacios educativos. Que el espíritu de este sínodo pueda llegar a los colegios e inspirarnos en tener nuevas prácticas y que eso alimente lo que hemos impulsado que es el fortalecimiento de la educación católica y el aporte que esta hace a toda la sociedad", comentó Marcelo Neira, director de Incidencia y Estudios, de la Vicaría para la Educación.
Lorens Duarte, directora del Liceo Ruiz Tagle también participó de la tercera asamblea nacional. "Es fundamental la visiòn de encuentro, testimonio y búsqueda frente a los nuevos desafìos para la iglesia en los contextos actuales, frente a los valores que la sociedad nos está ofreciendo, en especial a niños y jóvenes".
Luis Epuñán, coordinador de formación y pastoral del Colegio Ozanam Santiago comentó: "Este es un tremendo signo de los tiempos que nos reúne para reflexionar y dialogar en torno a la iglesia como comunidad de comunidades. Es un diálogo de una iglesia que camina hacia la sinodalidad, donde podemos sentarnos de igual a igual para conversar sobre aquellas estructuras y procesos de nuestra iglesia para mejorar".
Ester Gómez, de la Universidad Santo Tomás valoró la instancia desde la realidad que viven niños y jóvenes. "Cuando hablamos del mundo de la educación, hablamos de jóvenes y niños que están en búsqueda y hoy en día siento que están muy solos por lo tanto me parece que tenemos que ayudar a fortalecer la familia, porque el verdadero fundamento de la educación son los padres y desde el mundo educativo me parece que el servicio que tenemos que prestar es desde la contemplación de las personas, de despertar experiencias, anhelos, para desde ahí ayudar a construir".
Pablo Mejías, director de pastoral del Instituto de Humanidades Luis Campino destacó la posibilidad de contribuir a hacer cambios en la iglesia, "tengo mucha esperanza en que algo bueno y bonito va a surgir, hay fe de las personas que han venido a participar, siento que hay un ambiete de propuestas y aportes".