El concepto de “Proyecto Educativo Institucional” (PEI) fue introducido en el país por el P. Víctor Gambino, primer Vicario para la Educación de Santiago (1974-1985). Con el tiempo, el Estado adopta esta idea para llevarla a todo el sistema, como instrumento esencial de la política educativa.
Todo Proyecto Educativo Católico, además de estar el registro ministerial, debe contar con el reconocimiento de la autoridad eclesiástica diocesana, de acuerdo con el Derecho Canónico N°803. En el caso de Santiago, este reconocimiento se expresa en acompañamiento, formación y diálogo en torno al Modelo de Escuela Católica (MEC).
Todo Proyecto Educativo Católico busca ofrecer una educación integral a sus estudiantes, desde una compresión cristiana de la persona y de la sociedad. De este modo se propicia un permanente equilibrio entre la excelencia académica, la formación valórica y el desarrollo de la dimensión espiritual y trascendente de la vida.
Todo Proyecto Educativo Católico busca desplegar su enseñanza con un estilo de relación educativa basado en la pedagogía de Jesús. Se trata de un marco de referencia distintivo para fortalecer la mediación educativa de cada persona y del conjunto de la comunidad escolar.
Todo Proyecto Educativo Católico es confesional respecto de la permanente y explícita referencia a Jesucristo, la cual se expresa de tres maneras interdependientes: antropológica (comprensión cristiana de la educación), pedagógica (estilo de relación educativa) y religiosa (apertura, cultivo y despliegue de la fe).
Todo Proyecto Educativo Católico es inclusivo, porque busca ser reflejo del Evangelio de Jesús, como invitación abierta a todas las personas. De este modo, desde su identidad confesional, se dispone educativamente para acoger a una diversidad de credos, saberes, culturas y formas de aprendizaje.
Todo Proyecto Educativo Católico se caracteriza por fomentar el sentido de ser comunidad que educa desde la corresponsabilidad, el buen trato y el testimonio de vida. Donde todo ejercicio de participación, celebración y compromiso solidario con el entorno, posee un sentido educativo.
Todo Proyecto Educativo Católico se expresa también en la relación eclesial que cada escuela tiene con su entorno, con otros colegios católicos, con la comunidad parroquial y diocesana, en un permanente vínculo de colaboración educativa y pertinencia territorial.
Todo Proyecto Educativo Católico, si bien expresa su propuesta educativa confesional en la totalidad de experiencias y procesos, son muy relevantes ámbitos como la clase de religión y la animación pastoral, a partir de los cuales se acompaña y fortalece la identidad católica de cada escuela.
Todo Proyecto Educativo Católico busca propiciar el diálogo entre fe y cultura a través de su modelo curricular, donde la convergencia de los saberes, junto con orientarse a la formación integral, representa una ventana y fuente de sabiduría para conectarse con el sentido trascendente de la vida humana y de toda la creación.
Todo Proyecto Educativo Católico, como parte del sistema educativo, tiene un sentido público, pues comprende la educación como derecho social. Esto se expresa en su compromiso con el bien común de la sociedad, colaborando para asegurar cobertura y excelencia educativa, en diálogo permanente y corresponsable con el Estado.
Todo Proyecto Educativo Católico, entraña en sí mismo una rica diversidad de expresiones, a través de inspiraciones, sentidos y carismas religiosos. De esta forma, distintos equipos y congregaciones comparten con la sociedad una educación basada en el amor cristiano desde su espíritu fundacional.
Todo Proyecto Educativo Católico tiene una opción preferencial por el desarrollo y fortalecimiento de la alianza con las familias. Un vínculo permanente y virtuoso orientado al mejor bienestar y desempeño de cada estudiante, en un contexto comunitario y participativo.
Todo Proyecto Educativo Católico se caracteriza por el acompañamiento a la formación integral y espiritual de los docentes, asistentes de la educación, directivos, administrativos y auxiliares. Todos igualmente educadores y comprometidos con una ética del cuidado.
