Con alegría los y las estudiantes que fueron parte de este proceso llegaron al Colegio de los Sagrados Corazones de Alameda, para finalizar un camino de encuentro con Jesús en donde pudieron descubrir valores y enseñanzas para su proyecto de vida.
“Queremos descubrir dónde Dios los quiere, cuál es la vocación que este año, con todo lo aprendido en la escuela pueden seguir madurando. Hoy se les envía a ser misioneros de Jesús, a caminar junto a él a vivir el liderazgo de Él”, les dijo el Padre Andrés Moro, Vicario para la Educación en la misa de cierre de la escuela.
Muchas son las experiencias que los estudiantes que participaron de esta escuela atesoran en el corazón:
Gabriel González, del liceo Ruiz Tagle,compartió su agradecimiento por el proceso que vivió. “Fue una muy bonita experiencia para mí, de compartir junto a las comunidades, me dieron conocimientos para mi vida y para ayudar a otros, les doy muchas gracias a todos ustedes.”
En la certificación también estuvieron presentes algunos jóvenes que hace más de una década vivieron el proceso, ese fue el caso de Martín López, que en 2010 fue parte de la escuela de líderes secundarios, como estudiante del liceo Miguel Rafael Prado. “La escuela fue una experiencia que transformó mi vida, fue un espacio que me permitió conocer jóvenes de otros colegios y en donde habían herramientas de liderazgo, comunicación, solidaridad, valores de fondo que te van transformando y que hoy día en mi trabajo profesional como profesor me han ayudado a poder ser un buen compañero de trabajo, buscar lo mejor para los estudiantes, enfrentar de buen amanera situaciones conflicto”.
Marcelo Barrales participó en 2011 y al año siguiente colaboró en la organización de la escuela. “La escuela ayuda a ir descubriendo la propia identidad a la luz de Cristo, en mi caso me ayudó a descubrir que quería seguir realizando servicio pastoral y seguir mi vocación”.
El proceso formativo de la Escuela de Líderes Secundarios de Colegios Católicos se desarrolló durante todo el año en sesiones por zoom , teniendo modalidades formativas y comunitarias, en donde se profundizaron temas como: autoconocimiento, ser testimonio, vocación, comunicación, espiritualidad, vida comunitaria, discernimiento, compromiso, enseñanza social de la iglesia, ecología integral y herramientas para elaborar proyectos.
A través de un conocimiento personal y del contexto social, los y las jóvenes pueden potenciar una actitud participativa y transformadora en sus comunidades educativas y su entorno por medio de la colaboración y la búsqueda del bien común al estilo de Jesucristo.