"Es tiempo de no solo diagnosticar, sino proponer y crear redes, espacios y ambientes de contención psicoemocional en nuestras casas y en nuestras comunidades educativas", señala el Padre Andrés Moro respecto de la preocupante realidad de la salud mental de niños, niñas y jóvenes y de las dificultades de las escuelas y familias para enfrentar esta situación, arrastrada por mucho tiempo y agudizada con la pandemia y el encierro.
El vicario destaca la importante y silenciosa contención que han dado en este tiempo adultos educadores, "porque ya no se trata solo de buscar soluciones expertas, como de potenciar las herramientas que surgen de la propia experiencia para brindar un andamiaje afectivo, favorable tanto para la salud como para los procesos de aprendizaje".
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