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Avanzar, retroceder y adaptarse

Jueves 13 de Agosto, 2020
Esta semana el equipo de la Vciaría para la Educación reflexiona sobre el paso a la presencialidad, destacando aspectos como la corresponsabilidad y la solidaridad para enfrentar una nueva etapa.

Todo indica que entramos en una nueva etapa, pero no debemos bajar la guardia. El desconfinamiento en todos los países ha estado marcado por rebrotes de contagios y, si bien, no se puede tener garantía plena mientras no haya una vacuna, la corresponsabilidad es y será nuestra gran política de prevención para continuar la marcha de la sociedad. El miedo es razonable, pero no nos puede paralizar.

En este proceso están los colegios que acompañamos y queremos agradecer el compromiso, la innovación y la creatividad desplegados este tiempo por el bienestar de los estudiantes y sus familias. Pues no se trataría de una ”vuelta a clases”, porque los colegios siempre han permanecido con sus puertas abiertas, privilegiando el vínculo en la escucha, la contención emocional, la entrega de alimentos y guías de estudio, y disponiéndose como albergues para acoger a migrantes en espera de su retorno humanitario.

Todas experiencias muy formativas. Y si algo hemos aprendido de esta crisis es el valor de la solidaridad, la cual no sólo nos ayuda a enfrentar la emergencia, sino que se perfila como la gran característica de la educación pospandemia. Tenemos plena consciencia de que nadie puede salvarse solo. Por eso, esta solidaridad se expresa en colaboración, reconocimiento, respeto y valoración de la autonomía de las personas y de las comunidades educativas. Porque cualquier decisión respecto de la “presencialidad” debe considerar en este tiempo sus diferentes realidades, posibilidades y ritmos.

Hay muchos desafíos en este paso. Lo principal es cuidar la vida y la salud tomando todos los resguardos sanitarios. Acompañar a los estudiantes de acuerdo con sus situaciones particulares, poniendo especial énfasis en quienes han estado más distantes del proceso educativo por falta de recursos. Gestionar en comunidad una adecuada disposición de los espacios físicos, el uso de turnos, el desarrollo de una modalidad mixta, etc. Todo lo que implique pensar creativamente en otras formas de ser escuela, manteniendo la dinámica de aprendizaje, la motivación y bienestar emocional de los estudiantes y de quienes los acompañan en este proceso.  

Estamos aprendiendo a navegar en la incertidumbre, lo cual implica tener claridad para saber avanzar, retroceder y adaptarse, consigna que surge de una reflexión compartida y sostenida desde el estallido social. Esto significa poner una diligente atención a cinco puntos claves para minimizar los riesgos: 1) una planificación previa que ordene, 2) baja densidad, 3) contacto reducido, 4) actuar informadamente y 5) monitoreo y control permanentes.

Frente a este nivel incertidumbre no podemos improvisar. Sin embargo, es posible y necesario sostener certezas mínimas y esenciales, como reafirmar que la vida es lo primero y todo lo demás son adecuaciones. Algo fundamental que Jesús formuló de otro modo y que representa un consejo maravilloso para cuando el mundo está revuelto: “busquen primero el Reino de Dios y su justicia y lo demás vendrá por añadidura” (Mt 6,33). 
 

Magdalena Aninat Salas
Directora Ejecutiva CEAS

Marcelo Neira Díaz
Director de Incidencia y Estudios
Vicaría para la Educación

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