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Educar para la Ética y la Solidaridad

Miércoles 03 de Junio, 2020
En medio de la crisis sanitaria y económica, el colegio sigue siendo un lugar de aprendizaje. La solidaridad, el sentido social, la equidad, la resiliencia, la mirada positiva de la vida, tolerancia a la frustración y la ética forman parte de nuestra apuesta valórica, que hoy se ve más desafiada.

En todo el mundo enfrentamos una doble crisis: la sanitaria y la económica. Observando la diversidad de medidas tomadas, la pregunta de fondo es ¿qué debemos cuidar? La respuesta parece obvia: La vida. El problema es qué caminos se priorizan para ello. La activación de cuarentenas para cuidar la salud debe necesariamente ir de la mano con medidas económicas que favorezcan su cumplimiento. No pueden ser caminos excluyentes si se trata de cuidar la vida, no sólo de los contagios sino también de todos los problemas asociados a la pobreza.

La cesantía aumenta críticamente y la estabilidad económica se desmorona. Si miramos, por ejemplo, la realidad de uno de nuestros colegios, el porcentaje de estudiantes del programa JUNAEB aumentó de un 56% a un 80% este año. El esfuerzo estatal y la propia organización de campañas internas, no dan abasto para tanta necesidad. Se pone en jaque nuestra creatividad y capacidad de discernimiento para saber a quién llegar, que posea mayor necesidad para entregar “la última canasta”. 

Pero ocurre aquí algo sorprendente y maravilloso, varias de las familias, aun siendo necesitadas, donan voluntariamente sus canastas a otras que están en una situación de mayor desventaja.  A nuestro juicio esto es algo que no se improvisa, se forma. El personal de otro colegio decidió que los bonos de locomoción y colación sean destinados a comprar canastas. Otros cuatro colegios se han abierto para recibir a hermanos migrantes. Otros están apoyando ollas comunes sobre todo en comunas con mucha vulnerabilidad.

El colegio sigue siendo, ante todo, lugar de aprendizaje. Por eso el plan curricular y la alianza con las familias buscan ofrecer a los estudiantes una formación coherente con el PEI, inspirado en los valores del Evangelio. La solidaridad, el sentido social, la equidad, la resiliencia, la mirada positiva de la vida, tolerancia a la frustración y la ética forman parte de nuestra apuesta valórica, que hoy se ve más desafiada. 

Por los medios de comunicación sabemos de personas que actúan irresponsablemente y nos preguntamos qué ha fallado. Son casos que nos interpelan acerca del sentido social y la educación ética respecto del cuidado de la propia vida y la de los demás. Una sociedad ensimismada, individualista, indiferente, no podrá avanzar en la tarea solidaria - y no sólo asistencial-  de cuidarnos entre todos.  

En este tiempo de Pentecostés, necesitamos más que nunca que, al cerrarse las puertas físicamente por prevención, se abran todas las ventanas posibles para ventilar nuestras anquilosadas prácticas individualistas y avanzar comunitariamente en el cuidado de la vida. Que nuestras casas y escuelas, sean verdaderos espacios de formación ética y solidaria. Que la fuerza del Espíritu nos ayude a discernir nuevos caminos para una mejor humanidad.


Roxana Espinoza Guzmán 
Directora Colegio Victoria Prieto

Fabiola Zambra
Secretaria Ejecutiva
Vicaría para la Educación.

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