Quinto de Seminario Desafíos y oportunidades de la Educación Religiosa Escolar en el contexto de cambio social y cultural

El viernes  8 de enero de 2016, en el colegio Sagrados Corazones de Alameda, continuó desarrollándose el  Seminario “Desafíos y Oportunidades de la Educación Religiosa Escolar en el contexto de cambio social y cultural”, organizado por el Área de Pedagogía en Religión de la Vicaría para la Educación del Arzobispado de Santiago para los profesores de religión.

En primer lugar expusieron los profesores Erika Díaz de la Comisión Derechos laborales y legislación de la clase de religión, y  Marco Labarca de la Comisión Propuestas de Programas de Religión. Dieron a conocer las conclusiones del trabajo del año, donde más de 40 profesores trabajaron para construir un planteamiento propio sobre variados temas, debatiendo en diversas comisiones de corresponsabilidad.

Posteriormente, Marcelo Neira propuso una síntesis que fue elaborando día a día, sobre lo que a su juicio fue lo fundamental del Seminario. Respecto al primer día destacó que la llamada crisis de la religión no apunta al agotamiento de lo religioso sino más bien a su transformación, dado que constituye una dimensión intrínseca al ser humano y se conecta con sus ser más profundo. Sobre el segundo día planteó que lo católico puede llegar a la sala de clases, en tanto catequesis, sentido de universalidad, como tradición cristiana pero también como propuesta de humanización anclada en la persona de Jesús.  De ahí que sea fundamental conectar el saber experto con el saber de la experiencia humano/religiosa.

En relación al tercer día, destacó que el profesor de religión sea un formador de personas que ayuda al estudiante a discernir en un contexto donde los estímulos que recibe están desconectados. Las distintas generaciones pueden aportarse mutuamente bajo el concepto clave de dignidad humana.  Sobre el cuarto día planteó que la enseñanza de la religión es una variable fundamental para la definición de una educación de calidad. Esta enseñanza no se suprimirá del curriculum, pero sí debe ser reformulada, poniéndola al servicio de lo humano de tal manera que la riqueza del cristianismo sea compartida en el aula.

Al finalizar su síntesis planteó algunas preguntas fundamentales ligadas a la dimensión ontológica de lo religioso en el ser humano y su espacio en la escuela para su desarrollo. También hizo un paralelo sobre la forma como se definía lo religioso antes, hoy y probablemente a futuro, donde el escenario se ha complejizado relacionándose cada vez más con el sentido de la existencia.

Clave fue el trabajo realizado bajo la metodología de World Coffe, donde los profesores hicieron su propia síntesis sobre los elementos más relevantes o centrales en su rol de profesores de religión a partir de lo trabajado en el seminario, y también sobre los principales desafíos que aparecen para cumplir sus propósitos en el contexto educativo en que se desempeñan. Guiados por la Psicóloga educacional Alejandra Acevedo trabajaron dinámicamente alternándose durante la actividad, de tal manera que pudieron vivir una siembra para después recoger su cosecha. Son de gran riqueza los conceptos que se fueron formulando, donde se destacó la importancia de considerar el contexto socio cultural que vivimos para la formación religiosa escolar; una mirada positiva sobre la consideración del estudiante en clave de acogida; la necesidad de estar abiertos a las transformaciones actuales en tanto  signos de los tiempos y como protagonistas; el trabajo en equipo; la centralidad de la experiencia; la consideración de la persona de Jesús y la lectura de la doctrina cristina en esa clave; la necesidad de empoderarse de la clase y la formación permanente con aspecto fundamental para hacer frente a los desafíos en cuanto profesionales, entre otros aspectos.

Finamente, el Vicario para la Educación padre Tomás Scherz, agradeciendo la participación de los más de 170 profesores de religión en el seminario, destacó la profundidad de los temas, la centralidad de Jesucristo en el tratamiento de las problemáticas, la consideración de los Derechos Humanos como dimensión fundamental ligada a lo religioso y la actualidad de las propuestas.

Hizo hincapié en la diversidad de perspectivas para hablar sobre la religión pero subrayando que esta tiene una especificidad que no se justifica sino en ella misma.

Relatando una experiencia clave con mujeres privadas de libertad, donde fue testigo de una profunda religiosidad que les ha permitido reconocer la grandeza de Dios, planteó que lo religioso no es un recurso compensatorio sino más bien una experiencia profundamente humana desde la debilidad. Esta permite la entrada del Absoluto. Valoró la conciencia que tienen los profesores de las necesidades centrales que experimentan los jóvenes, como puerta de entrada para ayudarlos a encontrarse con Dios.

Finalmente desafió a los profesores a seguir pensando cómo formamos religiosamente a los jóvenes, lo que permite que se formulen preguntas y encuentren respuestas para encontrar el sentido más profundo de su existencia. En definitiva el desafío es enseñar a descubrir lo religioso y dar repuestas con la vida de Jesucristo.