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RELIGIÓN

Estilos de aprendizaje y conocimiento de la realidad.

21 de Noviembre, 2017

En la clase de religión es necesario integrar el conocimiento de las creencias de los estudiantes y sus estilos de aprendizaje, junto con otras miradas socio educativas. Estas herramientas, al servicio del aprendizaje, debieran permitir al docente ayudar a que los estudiantes tomen conciencia de la realidad.

El martes 7 de noviembre se realizó el 4° encuentro de profesores de Religión de la Zona Oeste. En dicha oportunidad los asistentes compartieron y analizaron la síntesis de la visión de los profesores de religión sobre los jóvenes. Esta síntesis había sido elaborada en el anterior encuentro del mes de agosto.

La primera parte de la reunión consistió en profundizar la mirada sobre los jóvenes tratando de encontrar sintonía con cada una de las realidades educativas presentes. Esta visión compartida sirvió de insumo para relacionar lo anterior con uno de los dominios del Marco para la Buena Enseñanza (MNE), en la segunda parte de la reunión.

Los profesores que no habían participado en la elaboración de la síntesis, tuvieron la ocasión de destacar los aspectos más relevantes del informe. Se destacó que el documento hablaba de una realidad juvenil diversa y heterogénea.

En el diálogo sobre la realidad juvenil los profesores destacaron aspectos sociales y culturales sobre supuestos teóricos que permiten analizar este fenómeno. Algunos consideran relevante que los jóvenes quieran ser protagonistas de la acción social. Los jóvenes no se motivan tanto por los discursos o palabras de motivación que se les dirigen, ellos quieren actuar. En este sentido interpelan ciertas prácticas eclesiales, entre las cuales puede considerarse también la clase de religión.

Se compartieron algunas características propias de los jóvenes como su espontaneidad, criticidad y compromiso, pero al mismo tiempo se señalaron sus contrarios. En términos de creencias al parecer tienden a ser más eclécticos y en términos afectivos viven más tiempos de soledad.

Ante este panorama, algunos se consideran responsables de que los jóvenes estén alejados de lo religioso e incluso de la iglesia. Otra postura es la que responsabiliza a los padres de los estudiantes que crecieron sin referentes o líderes, influyendo negativamente en la formación religiosa de sus hijos. Otros asumen en su clase una actitud activa con la intención de despertar a los jóvenes que al parecer se encuentran adormecidos. Esta actitud implica mostrar la realidad y hacerlos tomar conciencia de lo que acontece para que busquen respuestas.

De lo anterior se reflexionó acerca de la necesidad de distinguir una visión adultocéntrica de la juventud que enfatiza sus carencias y que valora lo que para los adultos (nosotros) parece positivo. Muchas de las deficiencias que se observan en los jóvenes también existían en tiempos anteriores por lo que parece que no se agrega nada nuevo acerca de esta juventud. Este contrapunto se puede asociar con algunos aportes de la reflexión sinodal en la que se señala a los jóvenes como un lugar teológico, desde el cual Dios habla. Esto implica considerar a los jóvenes como sujetos y no solo como objetos que proporcionan datos para el análisis.

Jóvenes como sujetos de la educación y actores sociales son categorías que se levantan y permiten transformar la mirada que se tiene sobre ellos. Por otro lado, considerar los elementos socio culturales e históricos, también ayudan a contextualizar los cambios en la sociedad y observar cómo actúan en los jóvenes. Por último, una consideración educativa tiene que ver con la actitud de despertar a los jóvenes. Alguien recordó la frase del Papa Juan Pablo II en 1987 cuando dijo en el Estadio Nacional que esta juventud no estaba muerta sino que dormida. Esto tiene grandes consecuencias para la clase y la relación con los jóvenes, ya que se trata de una actitud de vigilancia epistémica respecto de cómo aprehendemos la realidad. Para el profesor de religión esto implica discernir en los juicios, valoraciones, esquemas de pensamientos y creencias lo que es movido por Dios de aquello que aleja. Al mismo tiempo, se trata de ayudar a los estudiantes en este proceso.

En el segundo momento se enriqueció el diálogo al considerar los aportes que los docentes hacen al MBE en el dominio A “preparación de la enseñanza”. En este sentido, algunos profesores confesaron que el uso de las DUA les ayuda a conocer mejor a sus estudiantes. Para quienes no conocen aún este dispositivo pueden descargar un material del Mineduc. También pueden descargar una ponencia presentada en la U. A. Hurtado sobre los mitos que se transmiten acerca de los estilos de aprendizaje. El Diseño Universal de Aprendizajes se está comenzando a aplicar en los colegios y es necesario conocer mejor de qué se trata. En la sesión se dio la oportunidad para dialogar algunas aplicaciones, un poco generales, pero de interés para profundizar en esta línea.

Junto con lo anterior se mencionó que ayuda al trabajo de planificación el conocimiento que el profesor tiene de las diversas formas de creencia que los estudiantes tienen. Se hace necesario unir este aspecto con los estilos de aprendizaje señalados para una actualización del docente y un mejor provecho para la clase de religión.



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