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de RELIGIÓN

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RELIGIÓN

Pensando didácticamente

24 de Octubre, 2017

Los profesores de la zona centro revisaron el informe sobre los jóvenes que se trabajó en el mes de agosto, relacionándolo con los descriptores del MBE, lo cual provocó una interesante reflexión sobre la didáctica.

El día martes 10 de octubre se realizó el cuarto encuentro de profesores de religión de la zona centro de Santiago. En esta oportunidad se compartió la síntesis que los profesores trabajaron en el encuentro anterior (ver síntesis) con el objeto de realizar una correspondencia con el dominio A del Marco para la Buena Enseñanza (MBE): preparación de la enseñanza.

En la primera parte del encuentro los profesores dialogaron acerca de los conceptos empleados en el informe para describir la realidad de los jóvenes. Llamó la atención que la generación actual de padres no tenga como prioridad la educación religiosa de sus hijos, sino que esta recaiga en los abuelos. Sin embargo, la familia sigue siendo relevante en la transmisión de la fe y la religiosidad de sus hijos, pero al parecer los padres jóvenes esperan que sus propios hijos decidan en términos religiosos, no validando la clase de religión como un espacio que ayuda a esta formación.

Se compartieron algunos datos de investigaciones que muestran una tendencia creciente de familias que buscan matricular a sus hijos en establecimientos educacionales bien ubicados en el ranking académico y que ofrecen proyectos valóricos consistentes con un clima escolar adecuado. No aparece como criterio la formación religiosa de la escuela como elemento a considerar. Los colegios católicos aparecerían como atractivos por ofrecer calidad académica, buen ambiente educativo y formación valórica, aunque esta no se entienda como religiosa.

Se sostuvo que algunas familias hacen uso de la matrícula en colegios católicos aunque no sea ése su credo, pero aceptan que sus hijos sean formados en las clases de Religión.

En otro punto, los profesores comentaron también la mirada funcional que tienen los jóvenes sobre Jesús. Esta perspectiva parece no distanciarse de la lógica cultura actual que el mismo Papa ha catalogado como la del “descarte”.

En la segunda parte, los profesores fueron invitados a revisar el MBE, en el dominio A sobre “preparación de la enseñanza”. Este dominio usa descriptores como “conocer las características del desarrollo de los estudiantes”, sus “particularidades familiares y culturales”, así como sus “fortalezas y debilidades respecto de los contenidos que enseña” y sus “diferentes maneras de aprender”.

El conocimiento del grupo etario, el tipo de pensamiento religioso o las condiciones socio económicas de las familias de los estudiantes son información necesaria para que el docente pueda comenzar a pensar en cómo abordar el aprendizaje.

Los profesores agregaron a estos aspectos, el conocimiento profundo de los destinatarios de la asignatura, el dominio de vocabulario, sus intereses y si tienen alguna necesidad educativa especial o si son inmigrantes.

Aunque todo lo anterior es vital para el docente, reconocieron que frente a estudiantes con NEE perciben que la formación inicial de los profesores es deficitaria.

El reconocimiento de la diversidad de estudiantes en el aula llevó el diálogo a reflexionar acerca del papel de la didáctica. Por un lado, se advirtió que la didáctica no se entiende como un cúmulo de técnicas que facilitan el aprendizaje del estudiante. Se postula la didáctica como una disciplina dentro de la pedagogía que reflexiona sobre la relación entre el docente, el estudiante y el saber que se desea enseñar.

En este sentido, los profesores pensaron que el conocimiento que enseñan debe ser para la vida del estudiante, aunque no todos se encuentren en un mismo proceso de madurez, ni menos compartan la misma fe. Resaltaron que cada estudiante, en su fuero interno, acoge o no la palabra de Dios. Esto es parte del misterio que encierra la práctica de la clase de religión, cuyos aprendizajes más íntimos quedan para el discernimiento de cada estudiante. Lo importante que el estudiante podrá retener será la acogida y la escucha del profesor, por un lado, así como la solidez de sus argumentos.



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