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Didáctica y rol espiritual del docente

18 de Octubre, 2017

Los profesores participantes del encuentro intentaron hacer una aproximación al MBE tomando en cuenta la visión sobre los jóvenes. Aparecen algunos elementos de la didáctica y del rol espiritual del docente para la formación religiosa de los estudiantes.

El martes 3 de octubre se realizó el cuarto y último encuentro de profesores de religión de la zona norte. La temática estuvo relacionada con la visión sobre los jóvenes que tienen los profesores de religión y que había sido trabajada en el mes de agosto (ver síntesis). En esta oportunidad se trató de hacer una correspondencia de esa visión con el dominio A del Marco de la Buena Enseñanza: preparación de la enseñanza.

En primer lugar los profesores dialogaron a partir de una síntesis del encuentro del mes de agosto, compartiendo los principales conceptos que se usaron para describir a los jóvenes. De esta forma quienes no pudieron asistir al encuentro anterior pudieron hacer sus aportes para complementar la síntesis.

En general, concordaron en que el texto reflejaba la realidad que enfrentan en sus colegios. En relación a la visión utilitaria que los jóvenes tienen de Dios, los profesores se lo explicaban por una falta de formación religiosa al interior de sus propias familias. Al mismo tiempo, la dura realidad que muchos estudiantes viven los hace buscar soluciones inmediatas sin un horizonte sagrado que otorgue sentido a sus necesidades.

Un profesor mencionó que el texto ponía mucho énfasis en las carencias de los jóvenes, faltándo las cualidades que poseen, como el valor de la amistad y la capacidad de entrega a los demás cuando la relación es de confianza. Esto cuando se realiza en la persona del profesor puede otorgar muchas posibilidades para establecer un camino de acompañamiento en la clase de religión.

En la segunda parte del encuentro se vio que el dominio de “preparación de la enseñanza “del MBE se puede enriquecer con las observaciones que los docentes compartieron respecto de los jóvenes.

Este dominio usa descriptores como “conocer las características del desarrollo de los estudiantes”, sus “particularidades familiares y culturales”, así como sus “fortalezas y debilidades respecto de los contenidos que enseña” y sus “diferentes maneras de aprender”.

El conocimiento del grupo etario, el tipo de pensamiento religioso o las condiciones socio económicas de las familias de los estudiantes son información necesaria para que el docente pueda comenzar a pensar en cómo abordar el aprendizaje.

Junto con lo anterior los docentes también expresaron la necesidad de observar las diferencias individuales de los estudiantes y sus estilos de aprendizaje.

Al mismo tiempo, se consideró que la pregunta por el sentido de la enseñanza religiosa también es un factor. Esto, en relación a la enseñanza de los mandamientos implica hacer un discernimiento sobre la realidad actual para interpretar religiosamente lo que aproxima a Dios en esta cultura.

En la última parte del Encuentro, los docentes participantes se enfocaron en responder qué hacían en concreto para otorgar sentido a su clase de religión.

Surgió por un lado la consideración de las herramientas didácticas, por ejemplo la lectura de imágenes como las fotografías que constituyen todo un lenguaje para los jóvenes. En este sentido, se planteó la importancia de evitar comenzar las clases o las unidades con una alusión directa sobre lo religioso, dado que esta estrategia más que acercar a lo religioso puede tener consecuencias contraproducentes. Otros docentes consideraron aspectos más espirituales como el testimonio de vida y la oración para meditar los acontecimientos que les suceden a los estudiantes.

Estos dos elementos se tornan complementarios ya que la figura del profesor es relevante por un lado, para el acompañamiento de los procesos vitales de los estudiantes, y por el otro lado, su capacidad reflexiva para dotar de sentido su práctica pedagógica.