Cómo formular objetivos de aprendizaje en la clase de religión

El miércoles 6 de septiembre se realizó la segunda sesión del II° Taller de Reflexión Curricular para docentes que se encuentran en proceso de evaluación. En esta oportunidad se trabajó sobre la formulación de objetivos de aprendizajes a través de la revisión de diferentes textos publicados en nuestra página web.

Se observó que para poder planificar unidades de aprendizaje es necesario hacer un análisis sobre los objetivos fundamentales y contenidos mínimos, intentando determinar las habilidades, conocimientos y actitudes. Este análisis se debe hacer tanto para los OF como para los Aprendizajes Esperados. Constatamos que como profesores de asignatura tenemos mejor manejo de los contenidos que se enseñarán, no así de las habilidades, las cuales se expresan en verbos que se pueden encontrar en las taxonomías.

Algunos profesores leyeron objetivos los cuales nos hicieron analizar su estructura. Según lo visto, los objetivos esperados son metas que se esperan lograr, que requieren explicitar habilidades que el estudiante debe desarrollar, junto a un contenido específico y en condiciones precisas. Según esto, los objetivos esperados deben ser revisados, ya que no se encuentran elaborados convenientemente para situaciones de salas de clases.

Una de las dudas tiene que ver con la formulación de objetivos con verbos como “conocer”, “tomar conciencia” o “reflexionar” que son muy amplios y por tanto no describen bien lo que los estudiantes deben hacer. Para redactar objetivos de aprendizaje se hace necesario recurrir a las taxonomías, ya que la clasificación de las habilidades permitirá planificar las estrategias más adecuadas. Ver taxonomía.

Para ejercitarse en este trabajo se revisaron los objetivos de dos planificaciones realizadas por EDB y que se encuentran disponibles en la web. En ambos casos, los objetivos carecían de una formulación adecuada. Por ejemplo: en el objetivo “identificar en todo ser humano su dignidad de ser hijo/a de Dios”, no se especifica el contexto en el cual se verificará dicho aprendizaje. Pero además, pensando en un curso de I° medio y en un contexto laico, podemos reflexionar sobre las preguntas que se hacen los estudiantes para adecuar este objetivo, como por ejemplo problematizar si se puede perder la dignidad o qué sucede con los no creyentes.

Otro objetivo: “Descubrir que los sacramentos otorgan la gracia de Dios y fortalecen la vida cristiana”, también debe adecuarse al contexto, pero por otro lado, no queda claro en qué consiste descubrir. En este caso, podría ser cambiado por investigar. Pero, al mismo tiempo, se hace necesario preguntarse el para qué de la enseñanza en el contexto escolar donde el docente realiza la clase.

Relacionado con lo anterior el grupo reflexionó acerca de lo específicamente religioso que el profesor debe enseñar, ya que sobre esta materia se le evaluará. La oración del docente con los estudiantes no forma parte del objeto de la evaluación. Aunque se vea obligado a enseñar valores, debe hacer una fundamentación religiosa ya que esa es la asignatura que enseña.

En la próxima sesión veremos la secuencia de actividades y la evaluación de aprendizajes. Se entregó además un glosario actualizado de términos.