Profesores de Religión comparten su visión sobre los jóvenes

Cuatro comunidades de aprendizaje, de las Zonas Norte, Sur, Oeste y Centro, se reunieron los días 8, 9, 10 y 16 de agosto, para reflexionar en torno a la realidad de nuestros principales protagonistas del proceso de enseñanza y aprendizaje: los jóvenes.

La realidad de ellos, sus motivaciones fundamentales, creencias, la relación con Jesús y la Iglesia, así como los modos en que estamos acompañando sus procesos de discernimiento vocacional, constituyen temáticas fundamentales para esta etapa pre-sinodal que vive la Iglesia de Santiago. Coincide al mismo tiempo, con un eje central de la reflexión de los profesores de religión que buscan ahondar sus conocimientos sobre la realidad juvenil, para poder ayudar pedagógicamente al desarrollo de la dimensión religiosa de los estudiantes.

Así como ocurrió con los profesores de la comuna de La Florida durante el primer semestre, nos encontramos con una realidad heterogénea que nos impide hablar de un solo tipo de joven. Esta diversidad está relacionada con contextos también diferentes: jóvenes solos, alejados de sus familias, deportistas o preocupados por el arte y la música, jóvenes ligados a la ecología y al mundo animalista, otros sumidos en la droga y la delincuencia, pero también jóvenes comprometidos con la búsqueda del bien común y la justicia social.

A nivel de creencias encontramos también la diversidad, pues hay jóvenes que creen en Jesús y se sienten atraídos por su coherencia y mensaje fundamental. Otros en cambio creen en la ecología, los fenómenos paranormales, el deporte o simplemente se declaran indiferentes ante todo tipo de creencias. No obstante se destaca que hay inquietud y deseo de búsqueda, todo dentro de una cultura que los invita al individualismo y al materialismo.

Estos encuentros de profesores de religión para reflexionar sobre nuestros estudiantes, han provocado en los asistentes no solo interés en continuar ahondando en dicha temática, sino también preguntas claves sobre cómo acercarnos más a ellos con el fin de acompañarlos en sus discernimientos personales y a vivir con sentido.