El profesor mostró algo que los niños no veían.

El día miércoles 26 de abril un grupo de 11 profesores de religión de la Zona Oriente se dieron cita en la casa de la Vicaría para compartir el primer encuentro pedagógico del año 2017.

Luego de dos años de visitas a las comunas de esta zona se decidió congregar a los docentes en un solo encuentro para realizar una reflexión que comprenda la identidad geográfica y educativa de la zona.

El encuentro tenía como propósito dialogar acerca de las habilidades que los docentes emplean en el aula para desarrollar el pensamiento religioso de los estudiantes así como reflexionar acerca de diversas perspectivas o miradas que pueden ayudar a este objetivo.

En una primera parte del encuentro se utilizó un texto escrito por un profesor que relataba una experiencia pedagógica con estudiantes de IV° medio. Como ejercicio de aprendizaje colaborativo los profesores se involucraron con el texto tratando de comprender la problemática ahí presente. Fue clave compartir los significados que cada profesor atribuye a las palabras del relato como por ejemplo: “la realidad”, “alumnos críticos”, “preparó una buena clase”, entre algunas que nos invitaron a profundizar. Al trabajar de esta forma se puede reconstruir la experiencia, sin contar con la presencia del autor, intentando rescatar el aprendizaje que la experiencia le dejó.

La escritura narrativa que componen los profesores son textos sencillos y profundos, a la vez, ya que lo vivido, luego de un proceso de reflexión, se convierte en una experiencia con significado. Los participantes del encuentro hacemos una reconstrucción de significado para nuestra experiencia pedagógica actual.

El grupo pensó acerca de la estrategia pedagógica del docente del relato deteniéndose en el “apresuramiento” del profesor. “El profesor mostró algo que no veían los niños”, nos señaló la profesora Nancy Solís. Y a continuación expresó: “A veces uno habla de Jesús a los niños y si uno no lo conoce, es como que no le ve”. El profesor ponía una luz que los estudiantes eran incapaces de ver, señaló el profesor José Torres. Al parecer, aquí hay una habilidad que el docente y cada uno de nosotros debe tener para poder leer los acontecimientos que ocurren en la clase.

Luego, se revisaron las distintas perspectivas a través de las cuales los profesores podemos leer la realidad del texto. La primera fue la psicológica o sociológica que se enfoca en los aspectos emocionales del narrador, su motivación, así como una descripción del grupo con el cual trabaja. La realidad descrita por el docente acentuaba lo negativo, lo cual estaba vinculado con su propósito para su clase.

Este mismo aspecto dio pistas para analizar la realidad del texto desde el punto de vista ético. Se dialogó sobre la valoración que se hacía de la sociedad y de los jóvenes, así como también, si el docente hacía su autocrítica. Luego de esto recién nos hicimos la pregunta por la lectura religiosa. Para ello nos enfocamos en la presencia de Dios en la experiencia. Algunos pensaron en una vela encendida, en el objetivo de la clase o en el texto bíblico usado por el profesor. Sin embargo, quedamos en que estos elementos son externos y circunstanciales, ya que lo relevante es captar por medio de algunas claves si podemos encontrar la presencia de Dios. En el grupo surgió la relación de la estrategia pedagógica con la vida de los estudiantes. Darnos cuenta del “apresuramiento”  del profesor nos dejó pensando que para desarrollar el pensamiento religioso de los estudiantes es necesario no olvidar el vínculo profundo de la vida de los estudiantes con la clase de religión.