Unir la fe y la vida: retiro espiritual

El sábado 5 de noviembre se realizó, en el Santuario Bellavista de La Florida, el retiro espiritual para los profesores de religión del Arzobispado de Santiago. El encuentro reunió a unos 60 profesores, quienes fueron guiados a la experiencia de la oración personal por el P. Fernando Polanco sj. y el Equipo del CEI, representado por Selia Paludo y Ximena Rodríguez.

El retiro estuvo organizado en 3 momentos en común, en los cuales el P. Fernando dio algunos puntos para ayudar a la oración, seguidos de tiempos personales y en silencio. Puede revisar los videos de cada uno de los momentos. 

El primer momento, llamado “De la ley a la gratuidad: el encuentro con la gratuidad” tuvo como eje principal el discernimiento que realizó San Ignacio en su vida para descubrir su misión. Para realizar este ejercicio, el P. Fernando, señaló la importancia de unir la fe con la vida, puesto que el discernimiento se realiza en las decisiones relevantes que hacemos. En San Ignacio podemos ver cómo la búsqueda de una finalidad se le fue haciendo más evidente por el gozo que experimentaba al querer seguir a Jesucristo como los santos. A pesar de la decisión tomada, fue experimentando una gran desolación. La disciplina espiritual a la que sometió le hacía falta la visita de la gracia. Sin esta presencia su finalidad es inalcanzable. Por eso este primer momento hace el contrapunto entre el seguimiento de normas y códigos, que por muy espirituales que sean no dejan espacio para la gracia. Así, los profesores fueron enviados a la oración con la intención de revisar en la vida aquellos momentos de mayor gracia para discernir esa presencia misteriosa y amorosa de Dios.

En el segundo momento, llamado “Un peregrino que confía. Liberación de la ley: rey temporal” el P. Fernando, utilizó la imagen del tránsito de la niñez a la adolescencia para hacer notar la crisis que se vive a esta edad de la vida, que es necesaria para hacer surgir los propios ideales. Esta comparación sirvió para hacer el paralelo con la fe, puesto que ella no puede ser solamente esfuerzo, sino que acogida. Es decir, en la vida vamos aprendiendo que las cosas no se hacen por deber sino que por utopías, sueños y deseos profundos. De ahí entonces que es necesario poner los medios para esos fines. De la vida de San Ignacio, presentó dos ejemplos en los cuales debió emplear medios para realizar sus sueños. Cuando decide ir a Jerusalén sin aceptar otros recursos que sentir la confianza en Dios y luego, cuando decide ir a estudiar a París, donde estaba la mejor preparación posible para su misión. Con esto se grafica que los medios escogidos para la misión requieren tiempo para que los procesos puedan decantar. Esto es relevante para el objetivo de unir la fe con la vida, ya que con el tiempo va a aparecer el “realismo de la vida”. Jesús tuvo que aprender a hablar de un Reino en medio del realismo vital de su pueblo. En este sentido, envió a la oración personal invitando a los profesores a contemplar el tesoro de cada una de nuestras vidas y los medios escogidos para cuidarlo.

En el tercer y último momento, llamado “Caminar con otros: frustración del ideal inicial”, el P. Fernando ha hecho mención a las circunstancias de la vida cuando el realismo choca fuertemente con los ideales. En esta etapa de la vida se hace necesario discernir el fundamento mismo de ella, es decir, buscar un sentido más hondo que explique porqué se hace lo que se está haciendo. De algún modo, esta etapa lleva a la persona a confrontarse con su propia identidad, como Jesús cuando en un momento de crisis pregunta a sus apóstoles quién creen ellos que es Él. Nuevamente, tomando la vida de San Ignacio, se observa un momento en que, de camino a Roma, sin haber podido cumplir su deseo de ir a Jerusalén pide a Dios que lo ponga al lado de Jesús en la cruz. En la capilla de la Storta recibe una iluminación que le pide hacerle compañía a Jesús. Al cabo del tiempo, el grupo que lo acompañaba decide crear la Compañía de Jesús. De esta fundamentación la fe se puede sostener, pero ha debido haber un proceso de vida que acompaña esta decisión, en la gratuidad de la entrega como el mismo Cristo en la cruz. La identificación total con Jesús, teniendo sus mismos sentimientos, es una gracia que se experimenta en el discernimiento. Esto nos enseña a mantener siempre unida la relación de la fe con la vida.

Luego del último momento de oración personal, los profesores participaron de la Eucaristía con lo cual se dio término a nuestro retiro.