“Los estudiantes realmente aprendieron…” ¿Dirá lo mismo la evaluación?

El martes 11 de octubre se realizó el quinto encuentro de profesores de religión de la zona norte, en el nuevo salón de la Vicaría Zonal de la Avenida Independencia. Fue muy grato iniciar este encuentro realizando una breve dinámica que nos permitiera destacar nuestras cualidades con sentido del humor. Al mismo tiempo, destacamos a los docentes que vienen de bastante lejos, pero cuyos Directores les otorgan el permiso para poder asistir.

El trabajo en este encuentro consistió en realizar un ejercicio de discernimiento a partir de un relato docente que permitiera ayudar a clarificar los signos de la presencia de Dios en la sala de clases como un lugar teológico.

En un primer momento nos hicimos la pregunta acerca de las experiencias de discernimiento para intuir una presencia de Dios. El grupo distinguió dos: aquellas en la cual el profesor toma conciencia que su actitud en el aula hace posible la presencia de Dios, y, también, cuando selecciona los contenidos que enseñará con el propósito de ayudar a los estudiantes a tener una experiencia de encuentro con lo sagrado.

Este punto de partida permitió distinguir aspectos propios de toda labor docente que las investigaciones educativas relevan como componentes de la identidad profesional. Quienes enseñan funden en la práctica tanto los elementos afectivos que les permite relacionarse con niños y jóvenes en una relación educativa y por otro lado, el gusto o placer por enseñar una disciplina que los satisface. Ambos aspectos son esenciales y deben orientar nuestra práctica pedagógica.

A continuación conocimos una experiencia de un docente que narraba el aprendizaje que realizó con un curso para dar sentido a la asignatura que enseñaba. De este relato el grupo describió claramente algunos aspectos que están presentes en el relato y que permiten una mejor comprensión de la labor del profesor.

En primer lugar, señalaron que el profesor busca a través de diferentes estrategias que la clase que prepara haga sentido a los estudiantes. En segundo lugar, la capacidad para sobreponerse a los obstáculos cuando la clase no ha tenido una buena recepción por quienes son los destinatarios. Un tercer aspecto relevante que el grupo señaló fue el de la evaluación. Cuando un docente descubre que ciertas estrategias le permiten mejorar la participación de los estudiantes, surgió la pregunta si esto va de la mano con mejores resultados académicos. Cuando un profesor manifiesta que sus estudiantes aprendieron en su clase, ¿Cómo evidenciarlo? Si afirmamos que queremos provocar aprendizajes para la vida ¿cómo podemos evaluar coherentemente sin reducir el aprendizaje a lo mero cognitivo?

Estas interrogantes nos permitieron entrar poco a poco en la reflexión religiosa de la experiencia docente del relato. ¿Existe un aprendizaje religioso fuera de la clase de religión? Desde la teología de los signos de los tiempos, hemos visto que la lógica desde la cual Dios actúa en el mundo es por medio de la encarnación. Por lo tanto, para nuestro quehacer es necesario comprender que relevando lo humano es donde podemos intuir una presencia de Dios. Podemos afirmar, entonces, que Dios está en aquellas manifestaciones que promueven la dignidad y el desarrollo humano. No basta que se enseñe sobre religión para afirmar que Dios está presente, ya que una mala actitud del docente puede perjudicar el proceso.

Con estas categorías cada profesor presente fue invitado a orar para revisar su propia práctica pedagógica.

El encuentro fue muy valorado por los profesores y nos permitirá seguir trabajando este contenido en el siguiente encuentro que se realizará el día jueves 10 de Noviembre.