Los fenómenos sociales que invaden las salas de clases

El martes 4 de octubre se realizó el cuarto encuentro de profesores de religión de la zona centro, cuyo tema fue la sala de clases como un lugar teológico en cuyo espacio se reproducen los fenómenos sociales.

Este tema surge a partir de lo trabajado durante el seminario de invierno con los diferentes invitados que nos ayudaron a reflexionar sobre el aprender a vivir juntos en una sociedad plural.

Antes de empezar, se invitó a los asistentes a un breve pero significativo juego de conocimiento que es relevante para ayudarnos a crear confianza y empatía. Fruto de esto aprendemos cosas de nosotros como los nombres y los lugares de trabajo, produciéndose intercambios que permiten que todos nos sintamos acogidos.

Sobre el tema en sí mismo, los profesores compartimos nuestras miradas sobre un objeto previamente establecido y que permitió explicitar nuestros marcos de referencia que sostienen nuestros aprendizajes. Nos dimos cuenta que en la vida cotidiana, fuente principal de nuestro conocimiento, actuamos sobre la base de esquemas de comportamiento que descansan en tradiciones, valores, costumbres, hábitos, creencias y saberes. Este marco de referencia nos ayuda a relacionarnos con los demás para apropiarnos de una cultura e invitarnos a recrearla con el fin de construir una sociedad más adecuada a los cambios.

Nos detuvimos a definir la cultura no como un mero receptáculo de objetos construidos por algunos cultures de cierto folclor sino que el conjunto de las relaciones y modos de actuar de una sociedad. Determinado esto, entonces vale preguntarse por las formas de transmisión de una cultura como lo hace la escuela.

Dos elementos destacaron los profesores de esta zona: el cruce cultural que se está viviendo actualmente en los colegios de la comuna de Santiago, con la llegada de tantos inmigrantes que están configurando nuevas relaciones interpersonales.  Y entre las relaciones interpersonales, los docentes destacaron también, que los mismos profesores tienen conflictos que generan desconfianza entre ellos.

Respecto de este último punto hicimos un análisis más detallado para señalar factores que están incidiendo para que esto se produzca: la misma forma del trabajo docente que aisla a cada profesor en su sala de clases, el individualismo como modo existencial de posicionarse en la sociedad, donde importa poco lo que le sucede a los demás. En el plano educativo, se observa que ciertos modelos basados en el conductismo son más favorecedores de este tipo de sociedad individualista. Por otro lado, en la misma política educativa ha exacerbado el uso de la medición de estándares para fomentar la competencia, lo que es coincidente con el discurso del gremio de profesores que sostiene que este fenómeno no permite que la labor docente se humanice.

En síntesis, al enfocarnos en un aspecto de la cultura escolar, podemos distinguir una serie de factores que nos permiten hacer un análisis más profundo de lo que está sucediendo y nos acontece dentro de la sala de clases. Nos faltó profundizar en nosotros mismos para descubrir cómo vivimos esto para poder descubrir los mecanismos que dificultan la creación de una cultura de la colaboración.

A partir de estos elementos, queda más claro, entonces que la sala de clases es un espacio donde ocurren una serie de fenómenos sociales de los cuales debemos hacernos cargo para discernir una presencia de Dios.

Por otro lado, esta forma de acoger los acontecimientos nos introduce en la teología de los signos de los tiempos, que nos invita al discernimiento. Para esto hemos usado algunos textos de la Gaudium et Spes.

En el plano de la educación religiosa es necesario hacer este discernimiento, ya que no podríamos hacer una lectura literal de la tradición religiosa de un momento de la historia hacia nuestros días, sin ninguna criticidad. Cuando hablamos de educar la religiosidad lo hacemos desde la situación real del estudiante situado hoy, ayudándolo a comprender el mundo actual a la luz del Evangelio.

Para el próximo encuentro seguiremos profundizando estos elementos pero dentro de la sala de clases en la interacción con nuestros estudiantes.