Una mirada religiosa de los fenómenos sociales que ocurren en la sala de clases

El martes 23 de agosto se realizó el cuarto encuentro de profesores de religión en San Miguel en el Instituto Miguel León Prado. El tema propuesto fue la sala de clases como un espacio donde se refleja la sociedad, que ha sido uno de los contenidos que hemos rescatado del seminario de invierno y que es necesario instalar en nuestras reflexiones para comprender lo que allí sucede.

Para provocar la reflexión iniciamos el trabajo compartiendo la mirada sobre dos planisferios, uno como habitualmente lo hemos aprendido en el colegio y otro invertido. Las percepciones nos señalaron que miramos el mapa “derecho” como el normal y el “invertido” como el incorrecto. Este breve ejercicio nos ayudó a comprender que nuestra mirada puede estar influenciada por diversos elementos culturales. Lo interesante es abrirse a pensar lo que ocurre en la sala de clases desde lo que nos dicen los estudiantes, sus familias o los demás profesores.

Pensar el espacio social de la sala de clases nos hace replantearlos nuestras concepciones pedagógicas. Por ejemplo, en la formación inicial docente y luego reafirmada en la práctica, hemos aprendido que en el espacio de la sala de clases la autoridad del docente se demuestra a través del conocimiento que tiene de su materia. Esta concepción se tensiona cuando los estudiantes de hoy cuestionan nuestra autoridad académica.

Al compartir con los profesores la mirada sobre sus salas de clases hemos visto que algunos preadolescentes manifiestan inquietudes respectos de su orientación sexual. Este es claramente un fenómeno social que alcanza también la sala de clases y en muchas ocasiones los estudiantes preguntan lo que piensa la iglesia sobre estas conductas.

Recordamos la intervención del profesor Eduardo Valenzuela en el tercer diálogo teológico para profesores de religión en la U. Católica (escuchar audio), en el que señalaba este aspecto marcaba claramente una diferencia generacional con los jóvenes.

A veces resulta complejo para los profesores responder a las dudas que tienen los niños que viven realidades como la homosexualidad de alguno de sus progenitores. ¿Qué decir? ¿Qué actitud adoptar? Ante todo, la misericordia. Como decía Monseñor Ezzati en su texto La inclusión educativa en el año de la misericordia “el punto de partida desde el cual parte la misericordia del educador es la situación real, personal, cultural y psicológica de la persona” (p.15).

Tanto las palabras como las actitudes deben ser de misericordia, como nos señalaba, María Eugenia Valdés en el seminario de invierno cuando se refería a la situación de padres que han asumido su condición sexual diferente. (ver video)

De esta forma, mirando la realidad social que se expresa en la sala de clases nos hemos planteado una primera mirada religiosa respecto de las preguntas y situaciones que viven los estudiantes. Esto requiere estudio para comprender los fenómenos sociales en su complejidad y una capacidad de interpretarlos a la luz del Evangelio y en un contexto eclesial. Se vuelve, entonces importante incorporar en nuestras comunidades de aprendizaje estas temáticas.