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Mirando la sala de clases como espacio de reproducción de lo social

10 de Agosto, 2016

En un nuevo encuentro en La Cisterna, hemos puesto la mirada en la sala de clases como un espacio en el cual se reproduce la vida social y que demanda del profesor el poder discernir en clave de signo de los tiempos la presencia de Dios.

El lunes 8 de agosto tuvo lugar el cuarto encuentro de profesores de religión en el Liceo Laura Vicuña de La Cisterna. A este encuentro se invita particularmente a los profesores de El Bosque y Lo Espejo.

El tema que se conversó estaba en relación con la reflexión que se ha ido realizando con todos los profesores de religión acerca de los contenidos y finalidad de la educación religiosa escolar. En esta oportunidad el énfasis estaba puesto en abrir el diálogo hacia las nuevas perspectivas que nos ha otorgado el seminario de julio.

Es clave para el proceso que estamos desarrollando, compartir con los docentes, una comprensión acerca de la inserción de la clase de religión en la cultura actual. Desde este punto de vista situamos la sala de clases como un espacio donde tienen lugar distintos fenómenos sociales, no como hechos aislados o descontextualizados de la sociedad.

Puede llamar la atención, por ejemplo, en el ambiente donde dialogamos la violencia de los estudiantes, dentro del espacio escolar y hacia los mismos docentes. Para algunos profesores esta es una realidad cotidiana, pero afortunadamente para otros no lo es. No obstante, es necesario escudriñar en ello nuevas miradas que hagan posible la aparición de preguntas religiosas que permitan ayudar a comprender a Dios que opera en dichos acontecimientos.

Sin duda que este botón de muestra, es solo un primer vistazo que tenemos cuando nos aproximamos a la realidad social y cultural. No obstante, el ejercicio no pretende detenerse en ello, sino que pasar la barrera de la moral, para comprenderla más profundamente. Justamente, la reflexión de la Teología de los Signos de los Tiempos que hemos escuchado en el Seminario, nos ha dado luces para siempre discernir los llamados de Dios en el mundo.

Para realizar esta tarea se hace necesario estar atentos y vigilantes como centinelas que esperan la aurora, pero no aisladamente. Por ello es necesario el encuentro de verdaderas comunidades de aprendizaje para, colaborativamente, reflexionar con razonamiento pedagógico.