Profesores reflexionan sobre la finalidad de los contenidos de la clase de religión.

El día lunes 20 de junio, tuvo lugar un nuevo encuentro de profesores de religión de las comunas de San Miguel, San Joaquín y Pedro Aguirre Cerda, en el Instituto Miguel León Prado. Esta fue la tercera ocasión en que el Área de Pedagogía en Religión de la Vicaría para la Educación convoca a los docentes para reflexionar temas pedagógicos. En esta oportunidad hemos analizado los contenidos de la clase de religión.

De modo general pudimos observar que en la clase de religión real que se hace en los colegios hay una en la cual se logra transmitir un contenido religioso, desde la perspectiva católica, que es favorecida por el equipo directivo. En cambio, en otro colegio, especialmente, municipal, la clase de religión asume un aspecto más centrado en lo valórico o sobre religión en general, tratando de cuidar de que no sea específicamente católica. Esto es así puesto que en dichas clases se hace la clase de religión, pero deben permanecer, tanto los que optan como los eximidos.

Esto lleva a los profesores a pensar que hace falta una clase de religión que se adecue a los establecimientos laicos, ya que, los apoderados plantean sus puntos de vistas, también respecto de una clase de tipo confesional católica.

En la práctica, los docentes deben realizar una clase centrada en el desarrollo de la espiritualidad en el ser humano, más que en el fomento de una devoción particular. Este contexto ha permitido describir una realidad en la cual la finalidad de la clase asume distintas perspectivas, que intentan responder a los diversos contextos en los cuales los profesores se desempeñan.

Por esto, quizás, resultó complejo determinar el contenido y la finalidad de una clase escrita en un relato pedagógico. En dicho relato el docente intentó trabajar con la experiencia del estudiante, por medio de una actividad que estimulaba la búsqueda de lo religioso. La finalidad tuvo diferentes interpretaciones para los asistentes que  no siempre concordaron con las que el profesor del relato insinuaba.

Esto llevó a plantearse el diálogo con los estudiantes en el aula. Para algunos niños, el lenguaje religioso les resulta familiar por el estímulo que reciben en la casa. En otros, no resulta fácil, ya que la experiencia religiosa se encuentra ausente en la familia. Por otro lado, algunos mencionaron que a los niños les cuesta hacer una interpretación de los textos bíblicos y es allí donde los profesores hacen su aporte. Al ayudarlos a entender las escrituras, encuentran que se realiza lo específico del estudio escolar de lo religioso. Este estudio es propio de la escuela, con las mismas características que poseen las demás asignaturas. Aquí, también, es donde los profesores intentan que este aprendizaje sea para la vida del estudiante y trascienda más allá de lo escolar.

Igualmente, el encuentro sirvió para dejar instaladas algunas preguntas para seguir trabajándolas. La relación del contenido con las demás asignaturas y su importancia para el currículo, el destinatario del contenido religioso y la posibilidad de que los mismos contenidos contribuyan a una concepción religiosa de la vida.