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Los jóvenes y la religión en el diálogo teológico para profesores de religión

23 de Junio, 2016

En una extensa exposición el profesor Eduardo Valenzuela, presentó algunos datos que enmarcan el contexto en el que los jóvenes viven lo religioso. Destacó la importancia de la familia e hizo interesantes alcances respecto de la generación juvenil católica, respecto de la adulta.

El viernes 17 de junio se realizó el tercer diálogo teológico para profesores de religión en la Facultad de Teología de la Universidad Católica del Campus San Joaquín. El decano de la Facultad de Ciencias Sociales, el sociólogo, Sr. Eduardo Valenzuela, expuso el tema ¿En qué creen los jóvenes, hoy?

En primer lugar, describió los principales cambios que ha experimentado la juventud en los últimos años. Por ejemplo, la prolongación de la edad de escolaridad por el crecimiento de la educación superior, ha traído como consecuencia la postergación de decisiones fundamentales como el matrimonio y la formación de la familia. Estos cambios se han visibilizado en un marco de gran libertad y experimentación que las generaciones anteriores no han tenido y son señal de una juventud distinta. Así mismo, la entrada al mundo del trabajo se ha retrasado y el soporte familiar dura mucho más tiempo, por lo menos, hasta que salen de la universidad o comienzan un empleo. Por otro lado, la masificación de métodos de contracepción han colaborado a disociar la tríada: sexualidad, matrimonio y procreación. Se agrega a este contexto, la prosperidad económica, la mayor cantidad de bienes de consumo y las ideas posmodernas de una verdad relativa. Esta caracterización de la juventud se debe tener en cuenta para hacer la pregunta por lo religioso.

Usando datos de los censos y las encuestas Bicentenario fue mostrando cómo ha evolucionado la identificación de lo religioso en Chile. La baja del catolicismo se puede observar paulatinamente de la década del 70 en adelante. Lo más relevante de estos datos es que ha ido aumentando en el segmento juvenil aquellos que no se identifican con ninguna religión, mientras que los evangélicos se han estabilizado en torno al 20% y los católicos, si bien siguen siendo mayoría, se observa una tendencia hacia la baja.

Esta baja del catolicismo, la explicó por medio de la evolución de las cohortes desde 2006, que demuestran que cada generación es menos religiosa que la anterior. Esto conlleva un problema en la transmisión religiosa a las nuevas generaciones por parte de los progenitores. 

En este sentido, sentenció, la congruencia conyugal de la pareja en términos de creencias religiosas de ambos, favorece la mantención de dicha identidad en los descendientes, sean ellos católicos o evangélicos. En la sociedad actual se tiende a dar con mayor frecuencia la combinación de creencias entre los progenitores, por lo cual los hijos no necesariamente las mantienen. No obstante, se da una constante respecto de la creencia de la madre, ya que el sentimiento religioso se inicia cuando se es niño. La figura, paterna, por otro lado, es más cercana a las lealtades políticas, señaló el profesor.

Según los estudios, la transmisión de las creencias se da con mayor robustez cuando ambos padres practican y comparten una creencia religiosa, es decir, se requiere congruencia y una práctica activa. 

Para que los jóvenes mantengan las creencias de los padres se requieren al menos las siguientes condiciones: el contacto con otros adultos religiosos, una internalización de la creencia religiosa, junto con una experiencia religiosa personal y una práctica religiosa activa y constante.

Luego, el profesor, expuso algunas características de los jóvenes, llamados sin religión. No son, como se puede imaginar, ateos o sin Dios, sino que justamente, manifiestan una alta creencia en Dios. Lo que sucede es que van perdiendo el vínculo con lo eclesial, que se expresa en que no tienen necesidad tanto del rito comunitario como del sacerdote. Es más, rechazan sus consejos.

Otro aspecto abordado por el profesor, fue el cambio de la idea de la secularización que la generación adulta conoció y que los jóvenes viven de modo distinto. Si la anterior estaba centrada en una elite y vinculada con el género masculino, hoy en día afecta más a los jóvenes y se aprecia, también en las mujeres. No es una secularización atea o agnóstica. Está desafectada de lo eclesial, pero sin ser anticlerical, ni vinculada a una ideología. Se da el fenómeno de creer sin pertenecer. Por lo tanto, es un mundo muy movedizo al cual es necesario conocer muy bien.

Finalmente, concluyó señalando algunas diferencias entre los jóvenes católicos respecto de la generación adulta. Estas diferencias son significativas por cuanto el docente está altamente implicado en cómo los jóvenes van construyendo una identidad. Lejos de condenar, surge el acompañamiento como parte de un proceso. De esta forma se dio término a la exposición del profesor que fue seguida atentamente por los participantes. 



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