El contenido es un medio, no una finalidad.

El miércoles 15 de junio, en el Colegio Domingo Matte Mesías, se realizó el tercer encuentro de profesores de religión de la Zona del Maipo, evento al cual se invita a los docentes de colegios municipalizados, particulares subvencionados y particulares pagados de las comunas de Puente Alto y de San José de Maipo.

En una sala muy bien acondicionada, los profesores tuvieron ocasión de reflexionar sobre los contenidos de la clase de religión, quizás una meta un tanto elevada, pero un primer paso para pensar pedagógicamente lo que hacemos día a día en las salas de nuestros colegios.

La jornada comenzó evidenciando los contenidos que se trabajan en el nivel en el que cada docente se desempeña, al mismo tiempo que la finalidad que se persigue. Unos destacaron la importancia de lo valórico, así como el desarrollo de la persona humana. Otros, hacían el énfasis en ofrecer respuestas a las profundas preguntas del ser humano, así como tratar de aplicar la palabra de Dios a la vida de los estudiantes. Algunos, también, consideraban importante poder aclarar las dudas de fe en niños y jóvenes que manifestaban inseguridad, para de esta forma acercarlos más a una práctica religiosa.

En estas intenciones expresadas, los profesores observaron que la clase adquiere matices distintos por cuanto está inserta en lugares donde el contexto social y cultural es muy diverso. Además, en la escuela municipal, por ejemplo, los profesores deben atender a una población que no necesariamente ha optado por la clase de religión católica y que, al mismo tiempo, está en el aula presente. Esta situación es vista como una realidad compleja que tensiona la clase de religión.

Estas tensiones se pudieron observar, también al revisar un nuevo relato centrado en la experiencia de un docente que narraba cómo trabajaba los contenidos en la sala de clases. Al tratar de comprender el contenido que el profesor enseñaba y con qué finalidad, se pudo constatar que no era tan simple poder distinguirlo. Cada docente veía y apreciaba matices distintos.

No obstante, se dialogó acerca de la finalidad de la clase de religión, que plantea situaciones donde lo humano permite encontrar huellas del Dios vivo presente en la historia. El desafío está en poder plantear esas buenas situaciones que permitan que esto ocurra. Lamentablemente, señalaban algunos profesores, esto a veces no está exento de muchas dificultades que la escuela le plantea al docente. Ante ello, las ciencias sociales, ofrecen una serie de alternativas para trabajar, vicariamente, con la experiencia del estudiante, como son el recurso de la noticia, el testimonio, una carta, las fotografías, por nombrar algunas, que permiten que emerjan los sentimientos y los significados que se le otorgan a la experiencia.

Otro aspecto que parece necesario tener en cuenta en la necesidad de que el docente se apropie del currículo para saber definir lo que pretende. Esto implica hacer una lectura profunda del programa, pero sobre todo del estudiante. Cuando solamente se atiende al programa y se olvida que este es una guía para el trabajo docente, los contenidos tienden a una reproducción que no necesariamente ayuda al estudiante. Para evitar esto se hace necesario recordar que el centro es el estudiante y el profesor debiera trabajar en torno a sus necesidades formativas.

Los profesores valoraron el encuentro y terminaron llevándose varias preguntas que esperamos poder seguir trabajando en los siguientes encuentros.