La alegría de estar en el diplomado del CEI

Miércoles 8 de junio y son las 18:15, aproximadamente, en el Centro de Espiritualidad Ignaciana. Jeannette Cantillana llega temprano para partricipar del Diplomado en Psico Espiritulidad. La encontramos sentada en el casino, tomando un café mientras llegan sus compañeros de este curso y afuera anochece y hace frío.

Esta es la tercera versión de este Diplomado organizado por Vicaría para la Educación y el CEI. En el programa, el CEI proporciona a los profesores una experiencia de reencuentro consigo mismo, desde las fuentes de la espiritualidad cristiana, esto quiere decir, el re encantamiento con Jesucristo para poder caminar nuevamente con entusiasmo en la misión que cada uno tiene.

Volvemos al casino, donde nos encontramos con la profesora. Se le ve relajada, conversa animosamente y aprovecha el tiempo para tejer. Está contenta con el curso que le ayuda a reencantarse con su experiencia de fe. Así es un día en el curso que realizan 22 profesores de religión becados por la Vicaría para la Educación.

Van llegando otros más, la conversación se hace simple, no es necesario tanta presentación, ni preámbulo. David, Doris, Rubén, Héctor, Irma... cada uno toma su tiempo para charlas, antes de comenzar el curso. Todos tienen algo especial. Les preguntamos cómo va el curso. Todos manifiestan su satisfacción de estar tomando un tiempo para llenarse. Acaban, además de vivir una experiencia de retiro y una semana antes, talleres de acompañamiento. El programa es intenso y demanda que los profesores estén dedicados a aprovecharlo. Y así parece que está siendo.

El curso va a comenzar y todos se desplazan a la sala. Allá los espera la hermana Katie y su equipo. Sus rostros reflejan un caminar hacia las fuentes de lo esencial. Al llegar a esta sala nos encontramos con un letrero que dice "qué alegría que estés acá". En este momento, logré entender lo que sus rostros expresan. Participar en este curso, dándose el tiempo, en serio, para reencantarse en la fe, vale muchísimo, en una sociedad que, al parecer, solamente valora lo útil y lo práctico.