El pluralismo religioso en el diálogo teológico con profesores de religión

La tarde del viernes 22 de abril se realizó el primer Diálogo Teológico para profesores de religión en el Campus San Joaquín. En esta oportunidad el tema fue el Pluralismo religioso y estuvo a cargo de la teóloga Sra. Sandra Arenas.

La presentación de la teóloga se centró en presentar cómo la Iglesia Católica ha enfrentado el pluralismo religioso en los últimos 50 años, es decir, desde el Concilio Vaticano II en adelante, para luego revisar algunas cuestiones más actuales o urgentes que se plantean hoy en día.

En su exposición abordó, por medio de la participación de los profesores presentes, los conceptos de fenomenología religiosa, entendida como toda expresión religiosa que vincula lo inmanente con lo trascendente, y que por lo tanto está más allá de toda institución religiosa. Este concepto, aclaró, la académica, se instala en estos años como una ganancia para el diálogo religioso. El mismo diálogo interreligioso se considera como una apertura que le da espacio y voz al interlocutor. Hasta hace unos años, añadió, para la sociedad chilena tradicionalmente católica era impensable producir un diálogo con las demás confesiones. El diálogo interreligioso se entiende como la apuesta de una religión tradicional como la católica con otras confesiones como el judaísmo y el islam para conversar sobre el mismo Dios. En cambio, el ecumenismo sería el diálogo al interior del cristianismo con otras confesiones o denominaciones que también son cristianas.

Estos conceptos comenzaron a hacerse evidentes con ocasión del Concilio, puesto que se advierte la presencia de diversas tradiciones religiosas al interior del cristianismo, dando origen a una serie de movimientos ecuménicos que intentan superar las divisiones.

El escándalo de la división de los cristianos da origen al movimiento ecuménico que entre sus preguntas se cuestiona por la verdad presente en el otro no católico. En efecto, señaló la profesora, esto provocó un avance en cuanto a la configuración del otro, que antes del Concilio era un sujeto no válido, que tenía vinculación con la Iglesia. Su premisa era que si en el otro hay una honesta búsqueda de Dios, debe haber algo de verdad y por lo tanto ahí se encuentra Dios mismo.

Los documentos del Concilio que fueron ampliando esta visión son Lumen Gentium, Nostra Aetate y Unitatis Redintegratio. En estos documentos se revela el nuevo estatus del otro para el diálogo interreligioso.  Para ello, la teología plantea dos focos en los cuales situarse para responderse la pregunta del estatus del otro: lo que dice sobre la gracia de Dios y sobre las fronteras. En este sentido, la teología del Concilio dirá que Dios actúa más allá de los límites o fronteras, otorgando su gracia. Los Padres Conciliares invitan a descubrir los signos de la presencia de Dios más allá de las instituciones eclesiales. Por ejemplo, en LG 8 y UR 3, se señala que hay elementos de santificación y de verdad más allá de la iglesia católica. De alguna forma se supera la visión preconciliar que señalaba que la Iglesia Católica Romana era la que expresaba mejor la Iglesia de Cristo. Se avanza al reconocer que hay verdad y bondad más allá de los límites eclesiales conocidos puesto que Dios actúa otorgando su gracia donde quiere y como quiere.

Luego, se dio paso al diálogo y preguntas con los profesores presentes. Por ejemplo, respecto del ateísmo, señaló que en muchas ocasiones esto es ocasión para que los mismos creyentes tomen conciencia de su testimonio y fidelidad, ya que un pálido testimonio da ocasión para que los demás no crean.

La figura de María, fue otra consulta, señalando que en vistas de la unidad de los cristianos se debe ser prudente en tu tratamiento. María tiene su lugar en Lumen Gentium, pero no en un paralelismo con Cristo.