Profesores de religión del Maipo reflexionan sobre la religiosidad de sus estudiantes

El miércoles 27 de abril se realizó el primero de seis encuentros de profesores de religión de la Zona del Maipo, que se han calendarizado para este año 2016. La sede fue el Colegio Compañía de María, ubicado a un costado del metro La Protectora.

El encuentro estaba programado para el miércoles 20, pero por petición de los profesores municipales de Puente Alto, se trasladó una semana para facilitar su participación.

Luego de una espera que se prolongó más de lo esperado y algunos inconvenientes para poder estacionar los vehículos de quienes llegaban, pudimos comenzar el encuentro en una de las salas de clases del colegio. Al menos unos treinta profesores se dieron cita, entre docentes de establecimientos municipales, subvencionados y particulares.

Por los inconvenientes mencionados comenzamos un poco después de la hora fijada, conociendo un relato de un incidente crítico escrito por un profesor de religión. Este relato, considerado como muy real y verídico respecto de lo que sucede en las salas de clases, permitió que los profesores pudieran conectar con su propia experiencia sobre el tema.

Los profesores intentaron ampliar el problema que se estaba narrando, evitando los juicios y descalificaciones a priori y al mismo tratando de centrarse en el conocimiento de la religiosidad de los estudiantes. No es fácil este proceso y requiere hacer como una “exégesis pedagógica” para indagar en el texto propuesto la problemática subyacente. Descartando, entonces, interpretaciones que no se ajustan a lo que dice el texto fuimos indagando en la experiencia del estudiante y que es fuente de observación y curiosidad por profesor.

¿Puede considerarse ateo a un estudiante que no está de acuerdo con la enseñanza de la religión católica? ¿Qué tipo de religiosidad expresa un estudiante que no desea recibir este tipo de orientación? ¿Podemos inferir que todos los estudiantes de un curso de un colegio católico profesan de igual modo esta religión? Estas y otras preguntas se fueron  expresando a lo largo del encuentro.

Ayudados por algunos datos de un estudio sociológico, los profesores se fueron interrogando acerca de cómo conocer la religiosidad de los estudiantes. En una época donde ellos buscan elementos que les otorguen una respuesta religiosa a sus inquietudes, pero prescindiendo de la institución religiosa, lo más probable es que en la sala de clases contemos con una pluralidad y diversidad de experiencias que no necesariamente son las que hemos conocido nosotros mismos.

Esto nos invita a dejarnos tocar por el Señor para poder ser fiel, creativo y tener una atenta mirada sobre los procesos interiores que viven nuestros estudiantes. Esto fue ofrecido al Señor en una oración personal y comunitaria, vivamente sentida, en la que el mismo método nos fue llevando. De esta forma se cumple el propósito de ser una comunidad de aprendizaje que crece en lo humano, lo espiritual y lo pedagógico.