Primeras semillas plantadas en La Cisterna, Lo Espejo y El Bosque

El lunes 11 de abril nos reunimos por primera vez con un grupo de profesores de religión de las comunas de La Cisterna, Lo Espejo y El Bosque.  Fuimos con la esperanza de ir construyendo una comunidad de aprendizaje de profesores que pueda apoyarse en lo humano y en lo pedagógico.

La tarde caía sobre Santiago y los colores otoñales invadían el hermoso jardín del Liceo Laura Vicuña, que será sede de otros cinco encuentros más durante este año 2016.

Quizás con algo de timidez y nerviosismo, los profesores fueron llegando y tomando ubicación para este primer encuentro. Pese a trabajar, la mayoría en la misma comuna, no se conocían, pero rápidamente fuimos entrando en confianza para sacar provecho a nuestro encuentro.

Los invitamos a trabajar con un relato de un docente, tratando de descubrir las problemáticas que se suscitaban al momento de hacer la clase de religión. El intercambio de ideas fue subiendo paulatinamente de nivel, desde lo descriptivo del relato mismo, hasta alcanzar algunas reflexiones que nos permitieron enfocar la temática de la religiosidad del estudiante que asiste a nuestras clases de religión.

Este tipo de reflexión nos permitió, además, identificar algunos saberes pedagógicos que los docentes desplegamos para realizar nuestras clases: la preparación del material, el tipo de instrucciones que entregamos a los estudiantes, la organización de las actividades, entre otros aspectos, fueron gatillando una reflexión sobre su contexto social y cultural.

Esto fue muy positivo, ya que se pudo compartir la realidad de las comunas presentes en el encuentro y que dan un marco desde donde se puede reflexionar las características de los estudiantes que asisten a nuestros colegios.

La religiosidad de los estudiantes nos invita a desafiarnos más allá del conocimiento de la confesionalidad de ellos o de su adhesión o no a la propuesta que el profesor realiza en la sala. Pese a los evidentes rechazos que los estudiantes pueden demostrar en el aula ante la clase de religión, sabemos que cada uno de ellos posee preguntas fundamentales que intenta responderse, a veces descartando la religión, pero no por ello a Dios. Como profesionales de la educación religiosa, nosotros también buscamos conocer esa íntima religiosidad de nuestros estudiantes para adecuar nuestras estrategias pedagógicas.

El tema fue amplio y pretencioso, aunque no por ello podemos desfallecer. El proceso seguirá en los sucesivos encuentros buscando, con verdadero espíritu de indagación, elementos que nos permitan desarrollar esta dimensión en nuestros estudiantes.

Para ello contamos con la capacidad investigativa de los profesores que se quieran sumar a esta comunidad de aprendizaje que emerge con humildad pero con el convencimiento que la reflexión pedagógica permitirá hacernos avanzar.