Estudiantes protagonistas por medio de una planificación que considere sus experiencias.

A un día de finalizar el Diplomado de la Palabra, versión 2015, quisimos recoger lo que los profesores han ido aprendiendo de este curso. El día viernes 20 de noviembre, llegamos a la sala de clases de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano, donde se realiza este curso. Una cortina protegía a los profesores de la fuerza del sol que se hacía sentir sobre Santiago otorgando un ambiente de serenidad y de mayor intimidad.

Vemos rostros cansados, muy comunes por estas fechas, en el paisaje docente. Los profesores a cargo del curso, Teresa Ríos, Bernardita Toledo y Christian Larrotonda conversan sobre los temas que se verán en clases. Nos reciben con agrado y nos sentamos como uno más.

Teresa Ríos comienza exponiendo los contenidos que se han ido trabajando a lo largo del curso. Nos encontramos con palabras provocativas: cambio, protagonismo del estudiante, importancia de la comprensión, búsqueda de una producción del aprendizaje, entre otros. Los profesores concentradamente escuchan, algunos registran el contenido de las diapositivas y se va creando un ambiente favorable para el intercambio. Les plantea que el mundo social ha ido cambiando transformando la cultura, por lo que también afecta el modo en que los seres humanos aprenden la realidad. Culmina con una frase más provocadora aún: “salir del aula para entrar en el mundo y desde el mundo llegar al corazón”.

A continuación, dos profesoras presentan la planificación que han ido trabajando según el nuevo método. Aparecen palabras nuevas como “anclaje”, “producción”. Las profesoras intentan explicar los cambios que han debido hacer en su planificación y al mismo tiempo los demás intervienen para ayudarlas en la comprensión de lo que buscan. La imagen inicial en una clase es el centro de la discusión. No es solo una mera conversación estética, sino que una búsqueda pedagógica que instale la posibilidad de abrir la curiosidad investigativa de los niños.

La clase se detiene para una pausa y aprovechamos de conversar con los profesores de religión sobre los aprendizajes que han ido haciendo. En todos se advierte la certeza de que el método del Diplomado les resulta muy innovador, ya que les hace salir de la forma tradicional de planificación. Ahora, captan que la forma tradicional de planificar estaba centrada en lo que el profesor quería lograr, olvidando a los estudiantes y sus intereses. La planificación que han ido trabajando les permite considerar la experiencia de los estudiantes, haciéndolos protagonistas de la clase, ya que se les hace más cercano a sus vidas. Esto les ha dado un nuevo enfoque para hacer sus clases, aprender de otros colegas e intercambiar nuevas experiencias. Algunos, ya piensan que el siguiente diplomado debiera ser la forma de evaluar en este nuevo método.

Luego de la pausa, la clase continuó con otras exposiciones. Nosotros nos fuimos con la alegría de descubrir un grupo de profesores abiertos a la innovación y al desafío de construir una forma de planificar que permita que los estudiantes tengan la palabra.