Profesores de la zona norte trabajan tema sobre el agobio laboral

El día martes 3 de noviembre, en la Vicaría de la Zona Norte tuvo lugar la última reunión de profesores de religión de esta zona pastoral de Santiago, quienes destinaron el encuentro a reflexionar sobre el agobio laboral que sufren los docentes y algunas de las herramientas que pueden ayudar a enfrentarlo.

Soledad Larraín, miembro del equipo de Pedagogía en Religión, señaló que las situaciones de stress secretan en el organismo una sustancia muy dañina, el cortisol, responsable de la disminución de las sinápsis neuronales. Esto afecta claramente la capacidad creativa, entorpeciendo la búsqueda a la solución de nuestros problemas. Por el contrario, realizar actividades placenteras, permite que el organismo secrete endorfinas, responsables del bienestar. Cantar, jugar, comer un chocolate, por ejemplo, hace que el organismo secreten estas sustancias y permitan restablecer el equilibrio en el organismo.

Entre las causas que afectan a los profesores, produciendo agobio destacan: ocupar roles y tareas que la familia de los niños delega en el colegio, lo cual implica una carga emocional nueva para el profesor; relacionarse con estudiantes que no reconocen la autoridad del docente; las planificaciones; el exceso de tiempo dedicado a transmitir conocimientos, olvidando el reconocimiento de ser personas y los pocos espacios entre pares para reflexionar y el aprendizaje colectivo.

La psicología positiva, señaló Soledad, hacen hincapié en que las experiencias de fluidez son necesarias para ser feliz y justamente, la ausencia de ellas van a hacer que los seres humanos vayan perdiendo la sensación de genialidad y de creatividad. A nivel físico, el stress producto del agobio afecta el sistema inmunológico haciendo que la persona se vaya enfermando. Otro efecto es que fluye menos sangre al lóbulo frontal donde reside la creatividad. Por tal motivo, se va perdiendo la capacidad de asumir un problema y encontrar soluciones. Este patrón de conducta suele ser nocivo, ya que fija su atención en el problema, sin lograr resolverlo. Lo importante es cambiar la mirada sobre el problema y fijarse en otros aspectos que permitan encontrar nuevas motivaciones para enfrentar el problema. Esto se asocia a la capacidad de logro del docente.

Cuando uno se va acomodando a una manera de actuar, llamada zona de confort, las personas mantienen conductas seguras y conocidas, pero evitando el riesgo y la aventura. En esta zona se encuentra la rutina, el cansancio, el "yo no puedo", la depresión, por ejemplo. En el trabajo de grupo, los profesores identificaron las zonas de confort y se dieron algunas pistas para poder salir de manera novedosa.