Profesores analizan la importancia del trabajo colaborativo para enfrentar las planificaciones, disminuir el agobio y mejorar la reflexión pedagógica.

Un fraterno encuentro entre profesores de religión de tres comunas de la Zona Oeste tuvo lugar el miércoles 6 de mayo en el colegio Santa Ana de Quinta Normal.

Convocados por el Área de Pedagogía en Religión de la Vicaría para la Educación se reunieron 8 profesores para reflexionar sobre el rol del docente en el momento de la planificación de aprendizajes. Inspirados en un episodio relatado por un docente, los profesores pusieron todo su “ojo pedagógico” para descubrir algunas problemáticas:

-          Informalidad de parte de la autoridad de UTP para solicitar calendarización de evaluaciones fuera de una reunión académica.

-          Las planificaciones en el relato, al parecer, se entregan solo como un trámite. En este sentido, las planificaciones escritas, no necesariamente se ajustan a la realidad (“el papel aguanta todo”).

-          La planificación es vista, junto con la calendarización de evaluaciones con demasiada rigidez. “Pretende encasillar la clase de religión, la vida, la celebración de la fe dentro de un cuadro”, decía una profesora.

-          El profesor debe adaptarse a la realidad que el colegio le proporciona, considerando los diversos instrumentos que ha seleccionado para la planificación.

-          Es grave que un profesor no sepa planificar, según los instrumentos que el colegio le proporciona.

-          Profesor está desesperado porque no conoce los libros de religión de los niveles donde hace clases, lo que hace complejo su trabajo. Se observa un problema de formación, por cuanto, debe saber manejar esta información.

Luego, los profesores escribieron sus propios episodios donde se revelan estas u otras problemáticas relacionadas con la planificación. Por razones de tiempo solamente analizaron un episodio, que resultó ser muy interesante porque reveló dos temas principales que viven los docentes:

1. La falta de tiempo para modificar las planificaciones que, al mismo tiempo, tienen un plazo para la entrega a la UTP,
2. La angustia del profesor si no alcanza a cumplir en los tiempos puesto que esto constituye una falta a su responsabilidad profesional.

Posteriormente, el grupo de profesores consideró que es necesario estimar un tiempo adecuado para realizar la reflexión de lo planificado y hacer las adecuaciones necesarias. En este sentido, otro dato interesante para hacer frente a la angustia que vive el docente es considerar el trabajo de equipo, en el caso de que el colegio tenga más de un profesor de religión. El trabajo docente tiende a ser bastante solitario, pero pese a esta cultura laboral, los equipos de profesores debieran ayudar a responder a esta problemática. También, es interesante constatar que la personalidad del docente también se debe observar, puesto que la rigidez puede provenir de estructuras de personalidad menos flexibles o también, debido a lagunas en la formación inicial o continua.

Los profesores sintieron que el tiempo fue escaso para profundizar más aún las problemáticas, pero quedaron, en general, satisfechos con el aporte de cada uno, que permite dar una identidad a este grupo de profesores que improvisadamente vivió un ambiente fructífero de comunidad de aprendizaje.