Una mirada holística de sala de clases.

El jueves 20 de abril, en una tarde de chubascos sobre Santiago, se realizó el primer encuentro de profesores de religión de la zona oeste, en la misma Vicaría Zonal. Este fue el primero de una serie de cuatro, de los cuales, dos se realizarán en el primer semestre y el resto en el segundo semestre.

El encuentro tuvo como motivo principal dialogar sobre las habilidades que los docentes emplean para desarrollar el pensamiento religioso de sus estudiantes y reflexionar sobre las diversas perspectivas que pueden ayudar a orientar su labor docente en el desempeño de estas habilidades.

En un primer momento se leyó un relato pedagógico escrito por un profesor en el que narraba su experiencia con un IV° medio de un colegio municipal. Desprendiéndonos de nuestras propias miradas, interpretaciones y juicios, hicimos un trabajo colectivo de comprensión de la experiencia relatada.

Este ejercicio fue muy interesante para poder despejar posibles interpretaciones que no ayudan a la comprensión de lo que el texto quiere comunicar. También fortalece nuestras capacidades de comprensión y comunicación, ya que exige precisión en el lenguaje.

Luego, se trabajó el mismo texto en tres perspectivas diferentes pero complementarias: una mirada psicológico-sociológica, la ética y la propiamente religiosa.

Respecto de la primera los profesores se fijaron en los elementos emocionales que dominaban en el texto, así como la descripción que se puede realizar del grupo etario. En el segundo paso, la mirada estuvo puesta en los juicios que el docente tenía sobre los estudiantes, sobre sí mismo u otros juicios sobre la sociedad. Estos pasos nos posibilitaron analizar la experiencia del texto desde una perspectiva religiosa, también.

Al hacer una lectura religiosa de la experiencia del texto, vimos que es necesario tener una mirada holística del proceso y no perderse en detalles. Por ejemplo, puede distraer fijarse en la aparición de palabras de connotación religiosa en el texto pero que no están usadas para vincularse con lo sagrado. Si bien la experiencia del docente pudo ser frustrante no ayuda para el propósito de una lectura religiosa descargar la responsabilidad en los estudiantes, sin la necesaria autocrítica. Es necesario, también, tener en cuenta factores sociales que ocurren en los cuales el mismo docente vive. Por ejemplo, responsabilizar a la sociedad secularizada por la influencia negativa en los estudiantes, sin considerarse como parte de esa misma sociedad que se critica tampoco ayuda.

Por último, el mismo docente no logra captar que la crítica del estudiante es justa. Ha quedado descolocado por su intervención, pero no puede comprender lo que le dice ya que está focalizado en traspasar un contenido. Quizás una mayor apertura al conjunto de la experiencia podría ayudarlo. Dios habla por muchos medios y la voz del estudiante puede ser un grito desesperado de atención y comprensión.  

Al finalizar, impulsados por esta reflexión hicimos un momento de oración de contemplación a partir de la Encarnación. Ver como Dios mira la humanidad e imaginar cómo mira la sala de clases, a cada uno de nuestros estudiantes y a nosotros mismos, nos permite penetrar con mirada religiosa nuestra propia realidad.