Estudiantes de diversos establecimientos dialogan sobre la clase de religión para el siglo XXI

Seminario de Innovación Pedagógica para Profesores de Religión.  “Transformar e innovar las práctica pedagógicas para estudiantes del siglo XXI”.

Hoy, cuatro de enero, se realizó el segundo día del Seminario de Innovación Pedagógica para Profesores de Religión.

Se inició y finalizó el día integrando el aprendizaje logrado a través de la danza circular. Al igual que ayer, este movimiento comunitario y con sentido, colaboró para fortalecer la interiorización de los contenidos reflexionados y las vivencias de la mañana. Posteriormente por medio de un pictograma se recogieron los frutos del día anterior, tomando conciencia de la necesidad de avanzar hacia un cambio del Paradigma educativo actualmente imperante, para situarnos en una perspectiva más bien colaborativa.

Especial relevancia tuvo la presencia de un grupo de veinte estudiantes de distintos colegios municipalizados, subvencionados y particulares de diversas comunas de Santiago. Estos pudieron plantear su visión sobre la clase de religión por un lado, y su postura sobre los cambios que deberían realizar los profesores para lograr aprendizajes significativos. Al respecto explicaron que, en diversos colegios, se cataloga a la clase de religión como relicreo, donde los estudiantes, a su juicio, no aprenden nada importante pues las clases son aburridas. En ellas el profesor más bien habla y los estudiantes escuchan y escriben. Señalaron que a los jóvenes muchas veces no les interesa la clase pues esta no toca temáticas vitales sino más bien distantes de la vida cotidiana y de los fenómenos sociales y culturales.  Por otro lado se estaría trabajando con metodologías que no permiten la verdadera participación al estudiante y el respeto por sus creencias e ideas. Con todo, valoraron la cercanía del profesor y la calidad de las clases en algunos colegios donde se ha innovado al respecto. Instaron a los docentes a innovar y a integrar en el aula la vida, los problemas del mundo actual y las preguntas vitales de los jóvenes de hoy, con el fin de que las nuevas generaciones puedan encontrar a Dios en su vida cotidiana.

A partir de este diálogo, los docentes reflexionaron sobre lo que les ocurrió emocionalmente al escuchar la demanda de los jóvenes; sobre cuándo un estudiante es protagonista de su aprendizaje; y sobre lo que significa para cada uno un aprendizaje integral. Esto se logró a través de conversación entre pares, con una metodología que integraba contenidos profundos con modos lúdicos, utilizando la razón, la conversación y también el movimiento corporal.

En un segundo momento de la mañana, teniendo en cuenta que el proceso de aprendizaje busca tener al estudiante como centro del mismo, se invitó a realizar una introspección para apropiarse de la reflexión de los jóvenes. Desde ahí cada uno realizó un ejercicio para ubicarse en el paradigma que efectivamente explica la manera de realizar su servicio educativo, planteándose también hacia qué paradigma desearía avanzar.

Finalmente, con un ejercicio de meta cognición, se recogió lo reflexionado toda la mañana, a través de tres dimensiones propias del discernimiento: caer en la cuenta de mis sentimientos y emociones, de mis ideas y reflexiones y de las mociones que me movilizan para dar nuevos pasos en la vida personal y profesional.