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El discernimiento activo de la búsqueda de Dios es clave para una lectura religiosa de la vida

11 de Noviembre, 2016

Los profesores de la zona norte realizaron un trabajo de análisis de una carta en la que interpretaron elementos psicológicos, éticos y propiamente religiosos que ayudan para hacer una lectura profunda de la realidad.

El jueves 10 de noviembre se reunió un grupo de profesores de religión de diversas comunas de la zona norte para el último encuentro de este año 2016. Se siguió profundizando con estos docentes cómo realizar una lectura religiosa de la realidad a partir, en esta ocasión de una carta de una profesora.

La carta es un tipo de escritura mediante la cual una persona comunica hechos, acontecimientos, pensamientos y sentimientos que le acontecen a ella o a otros, desde su particular punto de vista. Al revisar la carta se vieron distintos tipos de lectura interpretativa que se pueden hacer, siendo la religiosa una de ellas.

Un primer tipo de lectura consistió en el descubrimiento de los elementos psicológicos a través de las emociones, los sentimientos y estados de ánimo, según lo escrito y no desde la percepción de los participantes. Una primera tentación consistió en hacer una interpretación desde el lector y desde el autor de la carta. En esto el trabajo comunitario fue fundamental para poder cuestionar los argumentos y alcanzar un consenso basado en los elementos que la carta proporcionaba.

En este momento fue clave detenerse en la descripción del estado de ánimo general que ella hacía. Los sentimientos son muy importantes en la vida humana por cuanto demuestran nuestro modo particular de vivir. Ellos pertenecen al mundo afectivo de la persona, por lo tanto, son indicadores que nos señalan que la realidad nos impacta. Desde este punto de vista la profesora de la carta hace una lectura desesperanzadora de la situación que le está aconteciendo. Esta es una primera lectura interpretativa, que no es religiosa, sino que más bien psicológica.

Un segundo tipo de lectura fue el momento en el cual nos detuvimos en las valoraciones que la profesora hacía. Para ello fue clave, también, leer lo que la profesora decía acerca de los demás. Las relaciones interpersonales eran vistas por la profesora desde un particular punto de vista sobre la aplicación de la justicia, que hacía sentir a los estudiantes culpables de lo que sucedía en la clase. Este tipo de lectura es muy importante porque otorga valoraciones sobre las relaciones y las personas. Los seres humanos construimos la realidad a partir de los juicios éticos que hacemos de los acontecimientos. No es una lectura religiosa, obviamente, pero también se puede hacer con los elementos que ella aporta.

El tercer tipo de lectura que abordamos fue propiamente la religiosa que la profesora se hacía. En un primer momento resultaba obvio para algunos que sí la había ya que era profesora de religión y mencionaba los contenidos que enseñaba. No obstante, al considerar los elementos anteriores expuestos, es decir, lo psicológico y las valoraciones que la docente esgrimía en su carta, era muy difícil apreciar que estaba haciendo una lectura religiosa de su vida. Los acontecimientos pasados, aunque mencionaban a Dios, no estaban escritos en función de un discernimiento activo de la voluntad de Dios. Esto es clave para poder entender si la profesora estaba interpretando religiosamente su propia vida.

Estas tres lecturas constituyen un ejercicio de interpretación que permite identificar elementos que pueden ayudar a tener una lectura religiosa de la vida. Esta lectura no anula las anteriores, sino que más bien se apoya en ellas, para poder comprender si Dios está presente en los acontecimientos de la vida.

La lectura bíblica de la Magdalena llorando en el sepulcro y que no reconoce a Jesús nos ayudó a situar este relato en una perspectiva propiamente religiosa. La naturaleza humana nos señala que ante la muerte sobreviene la descomposición del cuerpo y se entiende el dolor de la mujer. No obstante, Dios irrumpe en la historia de un modo siempre nuevo. Dios no puede caber en nuestras categorías mentales, sino que nos saca de nuestros pesimismos para ofrecernos nuevos horizontes.

De esta manera hemos concluido orando por nosotros con la esperanza de poder encontrar la voluntad de Dios en nuestras vidas y en los acontecimientos que ocurren en nuestro país y en el mundo.



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