Comienza un tiempo nuevo cuya culminación acontecerá cuando Cristo regrese en su segunda venida, a la que llamamos Parusía. Entre la Ascensión y la Parusía, el Espíritu Santo es quien hace posible la presencia divina que acompaña al Pueblo de Dios, con la fiesta de Pentecostés que tendrá ocasión al finalizar esta semana, la última del tiempo Pascual.