La cruz no es motivo de derrota ni vergüenza para los que creemos en Jesús, ya que para alcanzar la plenitud, el Hijo del hombre debía sufrir y con su sangre derramada, dar cumplimiento a la promesa que abraza a toda la humanidad.
Ahora que damos inicio al mes de mayo, la iglesia nos invita a rezar por la dignidad, la justicia social y la verdad. Que estos valores se hagan presente en la vida de los trabajadores y así, poniendo a disposición sus dones, puedan hacer de Chile un país mejor.